El impacto del nuevo papa en la Iglesia Católica peruana y su compromiso con la transparencia y la justicia.
La elección del cardenal Robert Prevost como papa León XIV ha generado un revuelo en la comunidad católica en Perú, especialmente por su papel en la investigación y erradicación de los abusos en el Sodalicio de Vida Cristiana. Su labor investigativa y su compromiso con la verdad han marcado un antes y un después en la historia de la Iglesia en el país.
El cardenal Robert Prevost ha sido elegido como el sucesor de San Pedro, convirtiéndose en el papa León XIV, lo que ha generado un gran impacto en la comunidad católica en Perú. Prevost es recordado en el país por su tiempo como obispo de Chiclayo, donde dejó huella por su humildad, cercanía y compromiso con la feligresía. Sin embargo, su paso por Perú estuvo marcado por un desafío de gran envergadura: el escándalo de abusos y agresiones en el Sodalicio de Vida Cristiana, un influente grupo religioso en el centro de la polémica.
El Sodalicio, fundado en 1971 por Luis Fernando Figari, llegó a tener más de 20 mil seguidores en 25 países, buscando contrarrestar la Teología de la Liberación en América Latina. A lo largo de los años, surgieron testimonios de antiguos miembros que denunciaron abusos físicos, sexuales y psicológicos dentro de la organización, lo que desencadenó un profundo escándalo en el país. El libro «Mitad monjes, mitad soldados» recopiló numerosos relatos de víctimas, sacudiendo los cimientos del mundo católico en Perú.
La respuesta de la jerarquía católica ante estas denuncias fue inicialmente tibia, generando malestar entre las víctimas que sentían que no eran escuchadas ni atendidas. La llegada del papa Francisco a Chile en 2018 marcó un punto de inflexión, donde la actitud del pontífice ante otro escándalo de abusos sexuales en el país vecino tuvo un impacto directo en la situación en Perú. La presión social y la intervención de Prevost fueron clave para que la Iglesia finalmente tomara medidas concretas.
Prevost, al asumir como prefecto del Dicasterio para los Obispos, impulsó cambios significativos en la Iglesia peruana, forzando la renuncia de figuras implicadas en presuntos casos de abuso y corrupción en el Sodalicio. La labor investigativa liderada por el Papa encomendando a Charles Scicluna y Jordi Bertomeu resultó en la expulsión del fundador del Sodalicio, sentando un precedente en la lucha contra los abusos en la institución.
La supresión definitiva del Sodalicio por parte de León XIV representa un hito en la historia de la Iglesia en Perú, marcado por años de encubrimiento y falta de justicia para las víctimas. A pesar de las acusaciones de sectores conservadores vinculados al Sodalicio contra Prevost, su compromiso con la verdad y la transparencia ha sido reconocido por aquellos que vivieron de cerca el calvario de los abusos. El nuevo Papa enfrenta ahora el desafío de limpiar las estructuras eclesiásticas y restablecer la confianza de los fieles en la institución.
La supresión del Sodalicio y la expulsión de su fundador por parte del papa León XIV representan un hito en la lucha contra los abusos en la Iglesia en Perú. Su compromiso con la transparencia y la justicia ha sido reconocido por las víctimas y marca un camino hacia la restauración de la confianza en la institución.
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