El Trastorno del Espectro Autista (TEA) hacer referencia a un grupo heterogéneo de trastornos que tienen como nexo común la dificultad para la comunicación social y la presencia de patrones repetitivos y restrictivos de conducta.
Cada 2 abril se celebra el Día Mundial de la Concienciación sobre Autismo. Este 2023, desde la Confederación Autismo España, han elegido el lema “Llamémoslo por su nombre” con el objetivo de visibilizar y romper con los estereotipos que acompañan al espectro. En este artículo, contamos con la participación de la Dra. Cristina Cordero Castro, neuróloga pediátrica experta en trastornos del neurodesarrollo.
En este Día Mundial es importante recordar que el trastorno del espectro del autismo (TEA) acompaña a la persona a lo largo de su vida, aunque las manifestaciones son variables en función de la etapa vital, experiencias o apoyos que encuentren en cada momento.
El diagnóstico es clínico, por ello los profesionales se basarán en la historia y en la exploración, apoyándose en los criterios diagnósticos, recogidos en las clasificaciones internacionales; en concreto el DSM-V (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders, versión V) que es la clasificación más extendida en la actualidad.
Trastorno del espectro del autismo (TEA)
¿Es lo mismo hablar de autismo, de trastornos generales del desarrollo o de trastornos del espectro autista?
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) hacer referencia a un grupo heterogéneo de trastornos que tienen como nexo común la dificultad para la comunicación social y la presencia de patrones repetitivos y restrictivos de conducta.
Los tres términos hacen referencia a estas dificultades, pero las últimas clasificaciones internacionales han optado por aunar todos ellos en una única entidad, Trastorno del Espectro Autista (TEA), con el fin de enfatizar la naturaleza diversa y amplia del trastorno.
“Por tanto, en este momento, lo correcto es hablar de Trastorno del Espectro Autista en todas estas situaciones.” apunta la Dra. Cordero
¿Cuáles son los estereotipos más frecuentes sobre las personas con TEA?
Según la doctora, el TEA es un trastorno muy variado y heterogéneo, tanto, que podemos afirmar que no existen dos personas con TEA que sean iguales.
Por ejemplo, los niños con TEA con una buena capacidad intelectual y buen desarrollo del lenguaje suelen querer socializar (al contrario de lo que se pueda pensar); quieren y lo intentan, pero les faltan estrategias para que estos acercamientos resulten apropiados, y esto puede generar rechazo por parte de los demás y sufrimiento por esta dificultad.
Por otro lado, hay personas con TEA que parecen extrovertidas de inicio, de hecho pueden resultar “inapropiadas por exceso”. Es decir, si una persona con TEA entra en una tienda y le da un abrazo al dependiente, puede parecer que es muy cariñoso, pero en realidad esto pone de manifiesto una dificultad para encontrar la estrategia apropiada para ese “encuentro social”.
Los retos a los que se enfrentan los niños con TEA
Existen TEA graves, no verbales o con discapacidad intelectual asociada, en los que el día a día de las familias es muy complicado. “Son niños que requieren muchas terapias y mucha atención, y esto no mejora con los años, de manera que la futura dependencia se convierte en la mayor preocupación de los padres” afirma la Dra. Cordero.
En niños que por el contrario, tienen buena capacidad intelectual y adecuado desarrollo de lenguaje, los síntomas van mejorando siempre y cuando sean apoyados desde las terapias oportunas en la infancia temprana. Estos son capaces de aprender las estrategias que se les enseñan día a día y, en muchas ocasiones, están escolarizados de forma ordinaria y tienen buena capacidad de aprender.
El TEA es un trastorno muy variado y heterogéneo, tanto, que podemos afirmar que no existen dos personas con TEA que sean iguales.
Sin embargo no hay que olvidar de que se encuentran todos los días con retos relacionados con su TEA: la falta de flexibilidad mental o las dificultades en socialización son de los síntomas que más dificultades les generan. En concreto, en la socialización con iguales, estas dificultades van siendo más evidentes según van creciendo y aumentando el grado de complejidad de las relaciones entre pares.
¿Cómo impacta el TEA en el desarrollo infantil, en su aprendizaje del lenguaje y el comportamiento social?
Como decía la doctora Cordero, el espectro es muy variable, y las habilidades que tiene cada niño también. Si hablamos de niños con TEA con buena capacidad intelectual, lo normal es que desarrollen lenguaje pero mucho más tarde que los niños “neurotípicos”.
En cuanto al comportamiento social no todos los niños con TEA “desean” estar solos, pero en sus acercamientos resultan peculiares. Pueden querer jugar pero no entender las reglas del juego, pueden resultar invasivos en el contacto físico, o ser capaces de reproducir un juego por imitación, pero no ser capaces de adaptarse si se produce alguna pequeña variación en los roles de ese juego.
“En cualquier caso muchas veces son niños tiernos y cariñosos que son queridos y apreciados por sus compañeros a pesar de sus “peculiaridades”” comenta la doctora.
¿A medida que estos niños van creciendo, pueden legar a alcanzar cierta independencia?
Como hemos mencionado, dentro del espectro de gravedad existe un grupo amplio de niños con buena capacidad y lenguaje, que tienden a mejorar con los años con el entrenamiento adecuado, y pueden llegar a ser adultos completamente independientes y autónomos.
“Desde mi punto de vista, en estos casos de “buena evolución”, el periodo crítico es la adolescencia. Debemos estar vigilantes porque las dificultades derivadas del aumento de exigencia social y la adaptación a los cambios que se producen inevitablemente en esta etapa, pueden desestabilizar su esfera emocional, y puede que no siempre sean capaces de identificar la causa de su malestar o de pedir ayuda.”
Finalmente ¿Es cierto que hay un aumento en los diagnósticos de TEA en la actualidad?
Al respecto, la Dra. Cordero afirma que sí ha habido un cierto aumento en diagnósticos “Es una buena pregunta, la verdad es que en los últimos tiempos desde luego ha habido un boom de diagnósticos, pero sabemos que en parte se debe al aumento de concienciación y detección.”
Muchos niños, y sobre todo niñas, antes se escapaban al diagnóstico, y ahora son detectados en primeras etapas de la vida. “Al margen de eso, en mi percepción (que por supuesto es subjetiva), sí puede estar produciéndose un aumento leve de casos, sobre todo de los casos “leves” de TEA.”
Por ello debemos estar vigilantes a los factores que puedan estar predisponiendo a estos casos, sobre todo si existe algo del estilo de vida actual que sea modificable.
La doctora concluye con la esperanza de que, con tiempo y más estudios, se pueda llegar a determinar si hay algo que debamos cambiar en nuestra manera de criar en la vida actual, para promover el adecuado neurodesarrollo de nuestros pequeños.