Un despliegue coordinado de vigilancia se llevó a cabo en diversas zonas de aprovechamiento pesquero situadas en el Angosto del río Pilcomayo, abarcando localidades como Yaco, La Salvación, Cañón La Juca, Chorro Grande y El Mirador. La operación fue ejecutada por la Unidad de Conservación de Fauna del Gobierno Autónomo Regional de Villa Montes, en estrecha colaboración con el Comando de Frontera Policial.
Durante la inspección, se detectó la presencia de dispositivos de pesca no autorizados, consistentes en trampas artesanales que bloqueaban de manera significativa el paso del sábalo, una especie de vital importancia para el ecosistema fluvial. Estos elementos fueron desmantelados de inmediato como parte de las acciones para proteger la fauna acuática del río.
Los responsables de la instalación de estas estructuras fueron debidamente notificados, con el requerimiento de retirar cualquier obstáculo que pudiera comprometer la vida acuática. Se constató que varias comunidades, entre ellas Yaco, La Juca, El Mirador y Chorro Grande, cumplieron con la remoción de estos artefactos ilegales.
A raíz de estas irregularidades, ocho individuos de la región han sido sometidos a proceso judicial. La instalación de estas trampas genera un severo impacto ambiental, al interferir directamente con el ciclo reproductivo del sábalo en las áreas superiores del Pilcomayo, afectando la sostenibilidad de la especie.
Estas intervenciones forman parte de una estrategia integral orientada a garantizar que la actividad pesquera se realice de forma sostenible y dentro del marco legal, promoviendo un equilibrio ecológico esencial para el río. La preservación de la riqueza ictícola del Pilcomayo es crucial para el sustento y el bienestar de las comunidades locales que dependen de sus recursos