En medio de una creciente tensión interna, el Movimiento al Socialismo (MAS) enfrenta una crisis que podría poner en jaque su liderazgo y su capacidad de gobernar. La convocatoria de la facción evista a desafiliarse del partido, con miras a apoyar al Frente Para la Victoria (FPV)—la nueva sigla que busca utilizar el expresidente Evo Morales para su candidatura—ha desatado una serie de críticas desde el sector arcista, que considera esta estrategia como un grave error.
