La administración regional de Tarija enfrenta un significativo desequilibrio financiero que asciende a 140 millones de bolivianos. Ante esta situación, se ha propuesto una medida de contención de gastos centrada en la reducción de salarios del personal gubernamental. Sin embargo, esta iniciativa, aunque busca generar ahorros, se estima que solo logrará disminuir el déficit en 32 millones de bolivianos.
Un representante de la asamblea departamental, Mauricio Lea Plaza, ha manifestado que la magnitud del problema financiero supera con creces el alcance de la reducción salarial. Según sus declaraciones, si bien la medida contribuye a mitigar parcialmente el gasto operativo, no aborda la raíz del déficit. Lea Plaza enfatizó que la administración regional destina actualmente 46 millones de bolivianos al cumplimiento de obligaciones financieras a nivel nacional, un desembolso que, en la actual coyuntura, se considera insostenible.
El gasto operativo anual del gobierno departamental, incluyendo la asamblea, se sitúa en 65 millones de bolivianos. La implementación de la rebaja salarial reduciría esta cifra en aproximadamente la mitad, pero aún dejaría una brecha considerable frente al déficit total. El asambleísta recalcó que la medida salarial representa únicamente un alivio temporal y no una solución estructural al problema financiero.
Si bien existe consenso entre algunos miembros de la asamblea sobre la necesidad de reducir los salarios, también se ha señalado la persistencia de otros gastos que podrían considerarse superfluos, como los costos de telefonía. Asambleístas suplentes han expresado su conformidad con la reducción salarial, a pesar de que en algunos casos implica una disminución sustancial de sus ingresos mensuales. No obstante, persiste la preocupación de que estas medidas aisladas no sean suficientes para resolver el profundo desequilibrio financiero que afecta a la gobernación