La Federación Sindical Única de Comunidades Campesinas de Tarija enfrenta actualmente una crisis interna marcada por intensas luchas de poder por el control de su directiva. Esta situación ha suscitado críticas entre las bases, quienes señalan que las verdaderas necesidades y demandas de las comunidades campesinas han quedado en un segundo plano.

David Yuca, quien ocupa el cargo de secretario de Economía en la organización, ha denunciado en un programa de televisión que se ha producido un desfalco en el Concejo Regional de Abastecimiento y Mercado Agropecuario (CRAMA), entidad que está bajo la administración de la federación. Según Yuca, el exdirigente Francisco Gutiérrez ha dejado la organización en una situación precaria, con un considerable desfalco de los recursos generados en el CRAMA. El actual secretario de Economía ha afirmado que la nueva directiva ya ha iniciado acciones legales para recuperar los fondos perdidos y se compromete a seguir adelante con estas gestiones.

Herbert Quispe, secretario ejecutivo de la FSUCCT, ha respaldado las afirmaciones de Yuca, lamentando la politización que ha afectado al sector agrícola. Quispe ha anunciado una intervención en el CRAMA con el objetivo de implementar cambios estructurales y garantizar la transparencia en la gestión de los recursos económicos. Ha señalado que se han encontrado con una organización en crisis y ha manifestado su disposición para trabajar en la recuperación de la credibilidad del CRAMA, que, según él, no ha tenido un adecuado direccionamiento durante las últimas dos décadas. Asimismo, ha prometido auditorías e intervenciones para evitar que algunos dirigentes se apropien de los recursos.

Eider Quiroga, exdirigente de la federación y actual asambleísta departamental, ha expresado su preocupación por el hecho de que el CRAMA no esté cumpliendo con su propósito original de apoyar al sector agrícola, convirtiéndose en un instrumento de malversación de fondos. Quiroga ha criticado la gestión de los últimos años, señalando que los líderes se han enfocado más en mantener buenas relaciones con las autoridades que en atender las necesidades reales de los productores.

En este contexto, Quiroga ha resaltado la importancia de evaluar el futuro del CRAMA, dado que los terrenos pertenecen a la Gobernación y el contrato de usufructo finalizará en 2029. Ha advertido que es fundamental determinar el rumbo que tomará la entidad, ya que en la actualidad no está generando beneficios para los campesinos.

Por su parte, Rivelino Zenteno, ejecutivo de la Central Campesina de Cercado, ha reconocido que las divisiones internas entre quienes apoyan al gobierno de Luis Arce y aquellos que respaldan a Evo Morales están desviando la atención de los dirigentes. Esto ha llevado a que no se prioricen soluciones a la falta de mercados para el sector agrícola. Zenteno ha señalado que, a pesar de la existencia de diferentes federaciones, no han logrado un acuerdo para llevar a cabo acciones conjuntas que permitan un mejor ordenamiento del CRAMA, centrándose en cuestiones políticas en lugar de abordar las necesidades de los productores

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