El Sedeges de Tarija revela preocupantes estadísticas sobre el abandono infantil en la región.
El Servicio Departamental de Gestión Social de Tarija ha alertado sobre el aumento del riesgo de abandono de menores de edad en la región debido a la crisis económica. María Esther Valencia, directora del Sedeges, ha destacado la necesidad de abordar esta problemática urgentemente.
El Servicio Departamental de Gestión Social (Sedeges) de Tarija, bajo la dirección de María Esther Valencia, ha revelado preocupantes estadísticas que indican un aumento significativo en el riesgo de abandono de menores de edad en la región debido a la crisis financiera que afecta tanto al departamento como al país en general. Según Valencia, tras un exhaustivo análisis de los datos manejados por la institución, se ha observado un patrón alarmante de niños siendo dejados en hogares de acogida, como el propio Sedeges y Aldeas Infantiles, o incluso trabajando en las calles.
A pesar de que la Gobernación de Tarija ha establecido convenios con otras entidades con el objetivo de prevenir el abandono de menores, especialmente en hogares con escasos recursos y numerosos integrantes, los últimos informes muestran que muchos niños acaban en situaciones de desprotección. Según palabras de Valencia, la falta de recursos económicos es una de las principales causas que lleva a los progenitores a abandonar a sus hijos, ya que se ven incapaces de sostener a familias grandes, con 4 o incluso 6 hermanos.
En respuesta a esta crisis social, la Gobernación ha implementado un programa destinado a prevenir el abandono de menores por parte de sus padres, reconociendo que es fundamental abordar esta problemática de manera integral y urgente. La funcionaria advierte que el riesgo de abandono infantil es un tema que debe llamar la atención de toda la sociedad, ya que las consecuencias de esta situación pueden ser devastadoras tanto para los niños afectados como para la comunidad en su conjunto.
Es evidente que la situación económica precaria que atraviesa la región está teniendo un impacto directo en la estabilidad de las familias más vulnerables, poniendo en riesgo el bienestar y el futuro de los menores de edad. Ante este panorama, resulta imperativo que las autoridades y la sociedad en su conjunto redoblen los esfuerzos para proteger a la infancia y garantizar que todos los niños tengan acceso a un entorno seguro y acogedor donde puedan crecer y desarrollarse plenamente.
Es fundamental que las autoridades y la sociedad en su conjunto tomen medidas para proteger a los niños vulnerables y garantizarles un entorno seguro y acogedor donde puedan crecer y desarrollarse plenamente.
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