Justo Ríos lucha por el pago de 47.000 bolivianos que le adeudan desde 2014.
El contratista de obras Justo Ríos ha iniciado una huelga de hambre para reclamar el pago de una deuda de 47.000 bolivianos que le adeudan desde hace más de ocho años. Su determinación por obtener justicia y dignidad lo ha llevado a tomar medidas extremas en busca de lo que considera legítimamente suyo.
Justo Ríos, un contratista de obras, ha decidido tomar medidas extremas para reclamar lo que considera justo y legítimo: el pago de 47.000 bolivianos que le adeudan desde hace más de ocho años. Con un cartel en mano y la voz entrecortada por la indignación, Ríos anunció el inicio de una huelga de hambre en plena vía pública, en el barrio Nuevo de Yacuiba, donde llevó a cabo la construcción de una red de alcantarillado en el año 2014.

Según el relato de Ríos, luego de completar la obra y cumplir con todas sus obligaciones contractuales, se encontró con la desagradable sorpresa de que no recibió el pago correspondiente. A pesar de sus intentos por obtener una respuesta satisfactoria, solo obtuvo evasivas y promesas incumplidas por parte de Sergio Bustamante, a quien señala como responsable de retener el dinero que legítimamente le pertenece. Ríos asegura que Bustamante habría cobrado por el trabajo realizado, pero se habría negado a transferirle su parte, alegando falta de fondos.

La situación llegó a un punto crítico cuando Sergio Bustamante, presionado por la protesta pública de Ríos, se acercó al lugar de la huelga para solicitarle que suspendiera la medida de presión al menos hasta el lunes o martes próximo. Bustamante aseguró que existe la posibilidad de recibir un pago pendiente por parte del Municipio que le permitiría saldar la deuda con Justo Ríos. Ante esta propuesta, Ríos se mostró firme en su postura de no abandonar la protesta hasta que se le haga justicia y se le pague lo que legítimamente le corresponde.

La situación se torna aún más dramática cuando Ríos revela que la urgencia del dinero no solo radica en el pago de la deuda pendiente, sino también en la necesidad de realizarse estudios médicos debido a su avanzada edad y el deterioro de su salud. Con la voz entrecortada por la emoción, Ríos explica que necesita el dinero para cubrir gastos médicos y continuar con su tratamiento, lo cual se convierte en una cuestión vital para su bienestar y calidad de vida.

En medio de esta polémica situación, Justo Ríos se mantiene firme en su protesta, demostrando una determinación inquebrantable en su búsqueda de justicia y dignidad. Mientras tanto, la comunidad y las autoridades locales observan con atención el desenlace de este conflicto, que pone de manifiesto las dificultades y obstáculos a los que a menudo se enfrentan los trabajadores independientes y contratistas en el ámbito de la construcción y la obra pública.
La lucha de Justo Ríos por el pago de su deuda pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrentan los trabajadores independientes en el ámbito de la construcción. Su historia es un reflejo de la injusticia y la falta de protección laboral que aún persisten en el sector.
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