La ciudadanía digital «se trata de grupos de ciudadanos que están utilizando la Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para apropiarse de la realidad, ejercer sus derechos o participar en movimientos sociales» (Alva, 2019, p.81). Por su parte, la profesora Sofía Ranchordas (2020) de la Universidad de Groningen, define la ciudadanía digital como “la capacidad de utilizar Internet con regularidad de forma competente, crítica y segura”.
Además, entre los aspectos positivos de la ciudadanía digital se encuentran la adquisición de conocimientos, el buen uso de las normas de etiqueta en línea, el entorno familiar, mientras que entre los aspectos negativos se destacan la influencia de la personalidad y, según el género, la participación de los hombres en el ciberacoso. Por otro lado, influyen también la tecnología, las redes sociales, internet y la televisión (Soria et al., 2024).