Bolivia posee un considerable potencial en recursos hidrocarburíferos en su subsuelo, una afirmación que ha sido reiterada por el geólogo Daniel Centeno Sánchez. Tras participar en un encuentro sobre energía en Santa Cruz, el especialista enfatizó la necesidad de una estrategia de exploración intensiva para aprovechar estas reservas.
Centeno Sánchez señaló que sus propias investigaciones, que corroboran la existencia de esta potencialidad, fueron realizadas con anterioridad a un reciente informe de la estatal petrolera YPFB, el cual también confirma dicho potencial y la importancia de su monetización.
Según explicó, YPFB ha identificado áreas de interés exploratorio en tres zonas específicas: Ayoreo y Colibrí en el departamento de Santa Cruz, y Miraflores en la región de Chuquisaca, próxima a Villa Montes. En las zonas de Santa Cruz se ha estimado una potencialidad de aproximadamente 1.000 TCF (Trillones de Pies Cúbicos). Para el área en Chuquisaca, la cifra asciende a unos 1.400 TCF. Esto implica que, en una extensión geográfica limitada dentro del país, se proyecta un potencial superior a los 1.000 TCF. Recordó que, años atrás, sus propias investigaciones habían calculado un potencial de alrededor de 100 TCF únicamente en la región de Tarija.
Respecto a las condiciones necesarias para convertir este potencial en recursos económicos, el geólogo enfatizó la urgencia de una estrategia decidida por parte de YPFB y la ejecución de una campaña de perforación exploratoria intensiva. Subrayó que esta actividad debe concentrarse en las áreas consideradas tradicionales, evitando la experimentación en zonas no convencionales, dada la situación de emergencia actual en el sector.
Asimismo, consideró indispensable mejorar el marco legal y las condiciones para atraer inversión extranjera. Propuso la creación de una nueva Ley de Hidrocarburos que contemple beneficios equitativos para el Estado, los departamentos productores y no productores, así como para las empresas operadoras. Instó a un cambio de enfoque y a implementar mecanismos que hagan atractiva la inversión en el sector.
Detalló que el área tradicional de exploración y explotación en Bolivia abarca aproximadamente el 70% del territorio de Tarija y Chuquisaca, extendiéndose también por Santa Cruz, Cochabamba, Beni, Pando y una porción de La Paz. Reiteró que la magnitud del potencial hidrocarburífero es considerable, no limitándose únicamente a los 1.000 TCF mencionados o a millones de barriles de petróleo liviano, sino proyectando cifras significativamente mayores. Aseguró que la probabilidad de realizar descubrimientos importantes de gas y petróleo en Bolivia es enorme.
Enfatizó que las reservas de gas en Bolivia aún son sustanciales y hay un amplio margen para la explotación futura. Afirmó que sus análisis están respaldados por otros estudios que han validado sus hallazgos.
En un contexto relacionado con la situación energética del país, recientes declaraciones atribuidas a un ex Ministro de Hidrocarburos, realizadas en un evento en Boston, Estados Unidos, sugirieron que la población boliviana debería prepararse para retornar al uso de leña para cocinar. Esta aseveración se fundamenta en la disminución de la producción de hidrocarburos, la cual evidencia un agotamiento de las reservas existentes y la falta de reposición de las mismas a lo largo de más de dos décadas, periodo durante el cual se destinaron volúmenes significativos tanto a la exportación como al consumo interno