Después de más de una década y media, la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) retomará sus actividades en Bolivia, marcando un nuevo capítulo en la colaboración internacional para combatir delitos transnacionales. El anuncio fue realizado por el ministro de Gobierno, Marco Antonio Oviedo, quien destacó la importancia de fortalecer alianzas con diversas agencias extranjeras para enfrentar desafíos como el narcotráfico, el terrorismo y la trata de personas.

Oviedo señaló que la cooperación con la DEA formará parte de un esfuerzo más amplio que incluirá a múltiples países y organismos internacionales, con el fin de fortalecer la lucha contra el crimen organizado. Esta decisión se produce tras la designación de Ernesto Justiniano como viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, quien confirmó que pronto se iniciarán contactos formales con la agencia estadounidense para coordinar acciones conjuntas en materia antidrogas. El viceministro adelantó que realizará una visita a un país vecino para avanzar en estas coordinaciones.

La DEA había cesado sus operaciones en Bolivia en 2009, luego de que el gobierno de ese entonces decidiera expulsar a la agencia bajo acusaciones de conspiración y sedición, lo que generó una ruptura diplomática con Estados Unidos. La reanudación de esta colaboración busca ahora reconstruir la confianza internacional y recuperar capacidades técnicas que se perdieron tras aquel alejamiento.

En el marco de su gestión, el ministro Oviedo enfatizó un cambio de enfoque en la Policía Boliviana, señalando que se dejarán atrás los usos políticos e ideológicos que afectaron a la institución en años anteriores. Destacó la importancia de respetar la institucionalidad y la meritocracia para fortalecer el sistema de seguridad. Además, denunció la falta de recursos y documentación en su despacho al momento de asumir, lo que evidenció deficiencias en la transición administrativa anterior.

Por su parte, Justiniano reiteró que la estrategia antidrogas será realista, transparente y alejada de posturas ideológicas, subrayando que el productor tradicional de hoja de coca será considerado un aliado, mientras que el objetivo principal será combatir el narcotráfico. El plan contempla la cooperación técnica, el intercambio de información y la capacitación conjunta con agencias internacionales, además de la elaboración de un diagnóstico actualizado sobre la producción de drogas en el país, basado en datos estadísticos confiables.

El retorno de la DEA ocurre en un contexto de incremento de la violencia y la actividad del crimen organizado en varias regiones, con un aumento en casos de sicariato y tráfico de drogas. Las autoridades buscan con esta medida fortalecer la respuesta estatal y consolidar alianzas estratégicas para enfrentar estos desafíos.

Finalmente, el ministro Oviedo expresó que Bolivia no debe aislarse ni estigmatizar la cooperación internacional, ya que la lucha contra el narcotráfico es un esfuerzo global que requiere alianzas sólidas. En este sentido, el subsecretario de Estado de Estados Unidos, Christopher Landau, manifestó recientemente la disposición de su país para colaborar en estos objetivos

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