La selección boliviana de fútbol sufrió una derrota contundente en su visita a Moscú, cayendo 3-0 ante Rusia este martes en el VTB Arena. El resultado final reflejó más los desaciertos defensivos del equipo sudamericano que una superioridad abrumadora por parte del conjunto local.
Los goles rusos fueron obra de Lechii Sadulaev en el minuto 18, Aleksey Miranchuk en el 43, justo antes del descanso, y Ivan Sergeev en el 56 de la segunda mitad. Este encuentro puso de manifiesto una brecha significativa en el nivel competitivo, evidenciando la necesidad de mayor exigencia para los jugadores bolivianos.
Este partido representó el último de los dos encuentros amistosos programados para Bolivia en el mes de octubre. Previamente, el equipo había logrado una ajustada victoria por 1-0 frente a Jordania, con una anotación de Robson Matheus. Sin embargo, la confrontación contra Rusia subrayó diferencias notables tanto en el desarrollo del juego como en la infraestructura que rodea a ambas selecciones.
El primer tanto ruso se originó tras un saque lateral que encontró a la defensa boliviana desorganizada. El segundo gol fue consecuencia de un error en la salida del balón por parte de Zabala, complementado por un rebote del portero Carlos Lampe que quedó peligrosamente expuesto en el centro del área. El tercer y definitivo gol evidenció una falta de sincronización en la última línea defensiva, dejando al descubierto vulnerabilidades estructurales.
En el aspecto ofensivo, la participación de Bolivia fue intermitente. Aunque el equipo logró controlar el balón en ciertos lapsos, careció de la capacidad para generar ocasiones claras de gol. La imprecisión en los pases y las frecuentes pérdidas de balón fueron una constante. La oportunidad más clara para Bolivia llegó en el minuto 46 de la segunda parte, cuando Villamil desaprovechó una situación inmejorable frente al arco rival.
El guardameta Carlos Lampe tuvo una actuación cuestionable, con varias salidas en falso y entregas de balón que terminaron en posesión del adversario, confirmando una de sus debilidades en el juego con los pies. A pesar de esto, el equipo mostró una mejoría en la segunda mitad. Las decisiones tácticas del entrenador Oscar Villegas de adelantar las líneas y realizar sustituciones aportaron un mayor dinamismo al juego, destacando la inspirada noche de Miguel Terceros.
El calendario futuro de la selección boliviana presenta dos desafíos importantes en noviembre. El viernes 14 se enfrentará a Corea del Sur, equipo que recientemente superó a Paraguay por 2-0. Cuatro días después, el 18 de noviembre, jugará contra Japón, que viene de protagonizar una remontada ante Brasil con un marcador de 3-2. Estos encuentros serán fundamentales para la acumulación de puntos en el ranking FIFA