El presidente Luis Arce impulsa un ambicioso plan para resolver la dependencia de importaciones de combustible en el país.
Bolivia se encuentra en un camino hacia la autosuficiencia en la producción de diésel para el año 2026, gracias a un plan integral presentado por el presidente Luis Arce que busca resolver la histórica dependencia de importaciones de combustible en el país.
Bolivia se encuentra en camino hacia la autosuficiencia en la producción de diésel para el año 2026, con la expectativa de cubrir el 80% de su demanda interna gracias a una combinación de proyectos de exploración de nuevos yacimientos, como el importante descubrimiento en Mayaya, y la expansión de la producción de biodiésel en el país. Este ambicioso plan, presentado por el presidente Luis Arce, apunta a resolver de manera estructural el histórico problema de importación de combustible que ha afectado a la nación debido a la falta de inversión en la nacionalización de los hidrocarburos.
La estrategia trazada por el Gobierno boliviano contempla la puesta en marcha de dos plantas de biodiésel, siendo una de ellas ya operativa en Santa Cruz, así como la implementación de la planta de Aceite Vegetal Hidrotratado (HVO) y la explotación del pozo Mayaya XI. Estas iniciativas, en conjunto con el descubrimiento del campo Mayaya Centro en la cuenca Madre de Dios, departamento de La Paz, han generado expectativas positivas en cuanto a la futura producción de diésel en el país.
El presidente Arce resaltó la importancia estratégica del yacimiento de Mayaya, que ha sido reconocido a nivel internacional como uno de los principales hallazgos de petróleo y gas en el mundo. Además, se está llevando a cabo la construcción de un ducto de más de 200 kilómetros desde el pozo hasta la planta de Senkata, en El Alto, junto con la instalación de una planta de procesamiento de gas que se espera entre en funcionamiento de manera temprana.
Con la entrada en operación de Mayaya en 2026, se anticipa que Bolivia recuperará su capacidad de exportación de combustibles y gas, generando ingresos en divisas que contribuirán al desarrollo económico del país. Asimismo, la producción de biodiésel, con la reciente puesta en marcha de la Planta de Biodiésel I en Santa Cruz y la próxima inauguración de la segunda planta en El Alto, se plantea como un componente clave para garantizar la seguridad energética y reducir la dependencia de las importaciones.
El proyecto de la planta de Aceite Vegetal Hidrotratado en la provincia Germán Busch, Santa Cruz, destaca por su innovadora tecnología y su potencial para posicionar a Bolivia como líder en la producción de un combustible amigable con el medio ambiente y de alta calidad en la región latinoamericana. Esta iniciativa, sumada al fortalecimiento de la infraestructura y la inversión en exploración de nuevos yacimientos, representa un paso crucial en el camino hacia la soberanía energética del país.
En un contexto en el que Bolivia importa actualmente el 90% de su consumo interno de diésel, la implementación de estas medidas se presenta como un cambio significativo en la política energética nacional. El presidente Arce ha señalado que la falta de aprobación de créditos en la Asamblea ha obstaculizado la disponibilidad de divisas para la compra de combustible, subrayando la importancia de contar con recursos internos para garantizar el abastecimiento y la estabilidad en el sector energético. Con estos avances, Bolivia se encamina hacia una nueva etapa de desarrollo en el ámbito de los hidrocarburos, con la mirada puesta en la autosuficiencia y la sostenibilidad a largo plazo.
Con la implementación de proyectos de exploración de nuevos yacimientos, como el descubrimiento en Mayaya, y la expansión de la producción de biodiésel, Bolivia se encamina hacia una nueva etapa de desarrollo en el sector energético, con la mira puesta en la autosuficiencia y la sostenibilidad a largo plazo.
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