La escuadra celeste, bajo la dirección técnica de Mauricio Soria, se prepara para un crucial enfrentamiento contra Guabirá, buscando dejar atrás el reciente revés sufrido. El equipo ha regresado a Santa Cruz con la firme intención de retomar el camino de la victoria y consolidar su posición en la Copa Bolivia de la División Profesional, donde la lucha por avanzar a la siguiente etapa se intensifica.
Tras la presentación de un once alternativo en su anterior compromiso, que resultó en una derrota, el conjunto cruceño se alista para este desafío con su plantilla completa. La urgencia de sumar tres puntos es palpable, especialmente al considerar que se medirán a un adversario que atraviesa un excelente momento deportivo. Este encuentro, correspondiente a la undécima jornada, se perfila como un duelo de alto calibre, dado que ambos contendientes ocupan las cimas de sus respectivos grupos y persiguen con ahínco la clasificación.
El partido se enmarca dentro de la fase de interseries del torneo. Actualmente, el equipo celeste lidera el Grupo A con 18 unidades, mientras que los azucareros comandan el Grupo D con 21 puntos, ostentando además el mejor registro acumulado en toda la Copa Bolivia. La trascendencia de este choque es innegable para ambas instituciones, ya que una victoria los colocaría a las puertas de asegurar su pase a la siguiente ronda.
Consciente de la importancia, el cuerpo técnico aprovechará los días previos para afinar detalles tácticos, corregir falencias y recuperar a los jugadores que arrastran molestias físicas. El objetivo es presentar la mejor versión del equipo en Montero. Una de las incógnitas que aún persisten es la política de acceso para los aficionados visitantes, pues se está evaluando si el estadio Gilberto Parada de Montero, donde Guabirá ejercerá de anfitrión este sábado a las 17:30, permitirá la asistencia de público de ambos clubes o solo local.
La directiva del club mantiene la confianza en que el plantel recuperará su nivel competitivo y mantendrá la consistencia que lo ha caracterizado en el certamen. Existe una clara conciencia de que el margen de error es mínimo y que, frente al líder general del torneo, no se puede permitir un nuevo tropiezo

