Los recientes incidentes de violencia registrados el pasado domingo en Montero, tras el empate 1-1 entre Blooming y Guabirá por la Copa Bolivia, han provocado una reevaluación inmediata de la situación por parte de la dirigencia del club cruceño. En consecuencia, la institución ha determinado no disputar más encuentros en el estadio Gilberto Parada y ha elevado una petición formal ante la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) para trasladar todos sus partidos de local al estadio Real Santa Cruz.

Se ha conocido que, incluso antes del compromiso contra Guabirá, Blooming ya había presentado una solicitud oficial a la Comisión Organizadora de Competiciones de la FBF con el objetivo de cambiar su sede a la capital cruceña. Sin embargo, la instancia federativa había denegado la petición en dos ocasiones, aduciendo la ausencia de una causa mayor que justificara tal modificación, según la normativa vigente.

Tras los altercados en Montero, la entidad deportiva señaló directamente al presidente de Guabirá, Rafael Paz, y a la Comisión Técnica de la FBF como responsables de no haber autorizado el cambio de sede a tiempo, argumentando que las condiciones de seguridad en el Gilberto Parada no estaban garantizadas.

Blooming reafirmará su postura de que todos sus partidos como anfitrión se jueguen en el estadio Real Santa Cruz, y confía en obtener una respuesta favorable antes de su próximo compromiso. Se anticipa que el encuentro contra Bolívar, programado para el 18 de octubre, se llevará a cabo en el Real Santa Cruz, una medida que se extendería a todos sus futuros compromisos.

La dirigencia ha sido enfática en que la seguridad e integridad de sus deportistas, cuerpo técnico y seguidores es su principal motivación para esta decisión. En línea con esto, el club extenderá su solicitud a la FBF para evitar disputar cualquier partido en Montero, ya sea en condición de local o visitante.

Con esta determinación, Blooming marca un punto de inflexión en su relación con el estadio Gilberto Parada y busca asegurar un entorno más seguro para el desarrollo de sus encuentros. Este episodio ha reactivado el debate sobre las deficiencias en las condiciones de seguridad dentro del fútbol boliviano