Atlético Mineiro, el club de Belo Horizonte, atraviesa un período desafiante que contrasta marcadamente con la gloria reciente, como su participación en la final de la Copa Libertadores en 2024, donde cayeron ante Botafogo. Este equipo, que se prepara para enfrentar a Bolívar el miércoles a las 18:00 en el estadio Hernando Siles por el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana, se encuentra en un momento deportivo complicado.

Su racha actual incluye cinco encuentros consecutivos sin conocer la victoria, con tres resultados adversos en el Brasileirao y dos en la Copa de Brasil. Un dato aún más preocupante es que, durante esta serie de partidos, apenas han logrado perforar la red en una única ocasión.

Esta difícil coyuntura es el escenario que encontró el flamante director técnico, el argentino Jorge Sampaoli, quien asumió las riendas del equipo hace apenas unas semanas. La última vez que el conjunto mineiro celebró un triunfo fue en la vuelta de los octavos de final del torneo continental, cuando superaron a Godoy Cruz de Argentina por 1-0.

Tras el reciente empate 1-1 con Santos el pasado domingo, el estratega ha manifestado su preocupación por el rendimiento del plantel, reconociendo que el equipo opera muy por debajo de su capacidad y de las expectativas iniciales. Ha señalado la falta de un diagnóstico claro para la situación actual, aunque es evidente que el momento no es favorable. En sus declaraciones, el técnico ha enfatizado la necesidad de infundir una mayor ambición en el juego del equipo a corto plazo, un aspecto que, según su filosofía futbolística, resulta fundamental y que actualmente representa un desafío significativo para el grupo.

En el campeonato nacional, el club se ubica en la decimotercera posición de un total de veinte equipos