La reciente agresión sufrida por la delegación del Club Blooming en Montero ha puesto de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad en el ámbito del fútbol boliviano. Tras el encuentro disputado el lunes por la noche contra Guabirá, un proyectil impactó el autobús que transportaba a los jugadores y al cuerpo técnico del equipo, generando una profunda alarma.
El incidente tuvo lugar al salir del área urbana de Montero, en las proximidades de Muyurina, aproximadamente a las 23:30 horas. El impacto perforó uno de los cristales laterales del lado izquierdo del vehículo, con la bala pasando peligrosamente cerca del conductor y de un miembro del cuerpo técnico. Afortunadamente, no se reportaron personas heridas a raíz de este suceso.
Ante la gravedad del hecho, la institución deportiva ha iniciado de inmediato las acciones legales pertinentes. El equipo jurídico del club presentó una denuncia formal ante la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC), calificando el incidente como un intento de homicidio. Como parte de las primeras diligencias investigativas, la FELCC ha recabado declaraciones del chofer del vehículo, de dos futbolistas y de parte del cuerpo técnico que se encontraban a bordo en el momento del ataque.
La investigación se profundizará con la participación de representantes del Ministerio Público, quienes tienen previsto realizar un peritaje en el lugar del atentado. Se ha solicitado el acceso a las grabaciones de las cámaras de seguridad de las viviendas cercanas y de la rotonda de salida hacia la capital cruceña. El objetivo es reconstruir los movimientos previos y posteriores al disparo, alrededor de la hora del ataque, para identificar a los posibles responsables.
Este acto de violencia ha generado una condena generalizada. Autoridades municipales de Montero lamentaron profundamente lo ocurrido, calificándolo de vandálico y señalando el grave riesgo que representó para la vida de los ocupantes del autobús. Si bien se reconoció la dificultad para identificar al autor debido a la falta de iluminación y la presencia de vegetación en el área, se destacó la labor policial posterior al partido en las afueras del estadio. En las redes sociales, la reacción del público fue de indignación, con numerosos comentarios que reflejan la preocupación por la recurrencia de la violencia en los eventos deportivos.
El incidente se suma a una serie de episodios de violencia protagonizados por individuos asociados a las hinchadas de los clubes, que representan un peligro latente en las calles. En noviembre de 2024, un aficionado del Club Oriente fue protagonista de un disparo con arma de fuego, resultando herida una oficial de policía con impactos en el pie y el glúteo. Previamente, en julio del año pasado, se registró otro altercado en el que un seguidor del mismo equipo esgrimió un machete durante disturbios con aficionados de Guabirá. Estos hechos subrayan la necesidad de abordar de manera integral la seguridad en el entorno del fútbol