El presidente saliente de Bolivia, Luis Arce Catacora, culminó su agenda internacional en la octogésima conmemoración de la Asamblea General de las Naciones Unidas, marcando su última participación como jefe de Estado. En su discurso de despedida, el mandatario boliviano dirigió severas críticas hacia el gobierno de Donald Trump, alertando sobre lo que describió como una amenaza existencial para América Latina y el Caribe, en referencia explícita al despliegue militar estadounidense en las proximidades de Venezuela.
Arce Catacora detalló que la Quinta Flota norteamericana, bajo la égida del Comando Sur, se encuentra movilizada con una considerable capacidad bélica, que abarca desde embarcaciones de patrulla hasta misiles, incluyendo aeronaves, helicópteros y submarinos. Según su intervención ante los delegados de los 193 estados miembros, esta movilización se justifica bajo el argumento de que el espacio marítimo caribeño está siendo utilizado en detrimento de la seguridad nacional de Estados Unidos.
La entidad global fue establecida en septiembre de 1945, tras el devastador fin de la Segunda Guerra Mundial, un conflicto que concluyó en mayo (Europa) y agosto (Japón) de ese año, dejando una profunda huella en la humanidad debido al genocidio del pueblo judío perpetrado por el régimen nazi y las catastróficas detonaciones nucleares en Hiroshima y Nagasaki.
En este contexto histórico, el presidente Arce presentó un balance crítico del desempeño de la ONU a lo largo de sus ocho décadas. Su conclusión fue que los resultados no han sido los esperados, y la situación actual dista de ser favorable. Argumentó que el mundo se encuentra hoy más fragmentado y polarizado que hace ochenta años, lo que, a su juicio, eleva el riesgo de un inminente conflicto global de gran escala.
El jefe de Estado boliviano advirtió que la desigualdad en la distribución de la riqueza ha crecido significativamente en las últimas ocho décadas. Las cifras de pobreza, disparidad e injusticia, lejos de disminuir, se han incrementado. Subrayó la proximidad de un escenario donde la paz actual podría desvanecerse, y una nueva forma de guerra mundial podría sumir al planeta en una tragedia, a menos que se actúe con prontitud.
Según Arce, los conflictos contemporáneos trascienden el mero enfrentamiento militar, adoptando múltiples facetas. Mencionó la guerra tecnológica, energética, climática, económica, financiera, mediática, cibernética, biológica e incluso una guerra desde el espacio.
En esta línea, el mandatario boliviano señaló a Estados Unidos, afirmando que sus intervenciones en naciones como Venezuela y Cuba buscan la apropiación de recursos naturales y frenar el avance hacia un orden mundial multipolar. A su parecer, la verdadera intención de Washington es relegar a la región a un papel de barrera estratégica frente a la consolidación de un sistema global con múltiples centros de poder, sometiéndola a sus propios intereses.
Un día antes, el presidente Trump había pronunciado una vehemente alocución de una hora ante la misma Asamblea General, donde también cuestionó el rol de las Naciones Unidas. Acusó a la organización de, paradójicamente, financiar conflictos en lugar de prevenirlos, declarando que se supone que la ONU debe detener las invasiones, no crearlas ni financiarlas.
Trump también arremetió contra los defensores de lo que calificó como la farsa de la energía verde, criticó la inmigración y la decisión de reconocer a Palestina como Estado.
Así, las jornadas de sesiones de la Asamblea de la ONU en Nueva York estuvieron marcadas por discursos contundentes y agudas críticas dirigidas a la organización global.
El presidente Arce, quien arribó a territorio estadounidense el martes por la noche, mantuvo una intensa agenda diplomática. En su primer día, participó en dos cumbres y una reunión de alto nivel dedicada a la defensa de la democracia y la lucha contra el extremismo, evento en el que defendió la legitimidad del gobierno de Nicolás Maduro.
Asimismo, asistió a la Cumbre del Clima y a la cumbre del Grupo de Países en Desarrollo sin Litoral para el bienio 2025-2026, bloque que actualmente preside Bolivia.
Durante las dos jornadas, Arce sostuvo encuentros bilaterales con cancilleres de naciones aliadas. Entre ellos, se reunió con el secretario de Relaciones Exteriores de México, Juan Ramón de la Fuente Ramírez; el ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Eduardo Rodríguez; el ministro del Poder Popular para Relaciones Exteriores de Venezuela, Yván Eduardo Gil Pinto; el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov; y el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian