La creciente proyección internacional del singani, el destilado emblemático de Bolivia, ha puesto de manifiesto la necesidad imperante de incrementar la producción de uva Moscatel de Alejandría, su materia prima exclusiva y fundamental. Este licor, reconocido con Denominación de Origen, depende enteramente de esta variedad de uva, cuya oferta actual no logra satisfacer la demanda global.

En respuesta a esta coyuntura, el sector vitivinícola de Tarija ha delineado un ambicioso plan para expandir en un 40% el cultivo de esta cepa en los próximos meses. La Moscatel de Alejandría es considerada patrimonio nacional y es crucial tanto para la elaboración de vinos como, especialmente, para el singani, cuya escasez de insumos en el país limita su alcance en los mercados internacionales. Se estima que, en un lapso de cuatro años, la superficie dedicada a la Moscatel de Alejandría podría alcanzar las 3.000 hectáreas, abarcando municipios tarijeños como Uriondo, Cercado y San Lorenzo, con proyecciones de expansión hacia Chuquisaca, Cochabamba y Santa Cruz.

Para materializar esta visión, el sector ha propuesto al Gobierno Nacional la creación de un fideicomiso de 100 millones de dólares. Este instrumento financiero permitiría ampliar la frontera agrícola, fortalecer el cultivo de la vid y, consecuentemente, aumentar la oferta de singani destinado a la exportación hacia mercados estratégicos como Estados Unidos, Europa y Asia.

Actualmente, la región de Tarija cuenta con aproximadamente 2.500 hectáreas de uva Moscatel, que no solo abastecen el consumo directo y la elaboración de vino, sino que también son la base para una producción anual cercana a los 7 millones de litros de singani. Estimaciones de mercado sugieren que la demanda de bebidas alcohólicas en Estados Unidos podría ascender a 150 millones de litros en la próxima década, lo que representa un desafío significativo y una oportunidad para la producción nacional de singani.

A pesar de una producción nacional que supera los 16 millones de litros de vino y alcanza los 7,5 millones de litros de singani anualmente, solo un escaso 4% de este volumen logra posicionarse en mercados internacionales como Estados Unidos, Bélgica y Alemania. Una de las principales barreras para una mayor competitividad en las exportaciones es la elevada carga tributaria.

Los datos recientes sobre exportaciones revelan que, entre enero y noviembre de 2024, Bolivia comercializó 25,3 toneladas de singani, generando ingresos por 183.527 dólares. Esta cifra representa una disminución del 27% con respecto al mismo periodo de 2023, año en el que se registró un máximo histórico con más de 260.000 dólares en exportaciones. Los principales destinos de este destilado fueron Estados Unidos, Argentina y el Reino Unido.

El singani, reconocido con Denominación de Origen boliviana, se elabora exclusivamente a partir de uva Moscatel de Alejandría cultivada en los valles de Tarija y Chuquisaca. Su calidad ha merecido distinción a nivel global, si bien la coyuntura económica y las barreras logísticas persisten como obstáculos para una expansión más robusta en el panorama internacional

administrator

Related Articles

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe noticias en WhatsApp