El moderno edificio de la Asamblea Legislativa Plurinacional, inaugurado en 2021, se prepara para un hito institucional al acoger su primera toma de juramento presidencial. El próximo 8 de noviembre, Rodrigo Paz asumirá el cargo ante los legisladores en el hemiciclo contemporáneo, situado a escasa distancia de la Plaza Murillo, en lo que representa un acontecimiento sin precedentes para esta reciente sede. Este acto contrasta con la investidura de Luis Arce hace cinco años, que tuvo lugar en el antiguo Palacio Legislativo, escenario tradicional de las transmisiones de mando por más de un siglo.

Actualmente, equipos de construcción se afanan en la fachada principal de la nueva estructura, donde se procede al reemplazo del revestimiento exterior. Estas obras de acondicionamiento se desarrollan en paralelo con la fase final de la transición gubernamental y la meticulosa preparación logística para la ceremonia de posesión, que congregará a delegaciones internacionales y a las principales autoridades nacionales.

En cuanto a la gestión financiera, la Cámara de Diputados ha destinado 1.179.092 bolivianos para el mantenimiento del inmueble en el ejercicio fiscal 2025, mientras que la Cámara de Senadores ha registrado un presupuesto de 11.199.869 bolivianos para la administración de la infraestructura. La gestión del nuevo complejo recae en la Cámara Baja, en cumplimiento de la Resolución Administrativa N° 16, emitida el 30 de diciembre de 2024, que establece la continuidad de los componentes técnicos y operativos. La totalidad de estos recursos está orientada al funcionamiento y conservación de ocho áreas clave del edificio: arquitectura, sistemas de corrientes débiles, instalaciones termomecánicas e hidrosanitarias, sistemas eléctricos, áreas verdes, seguridad industrial, medio ambiente y administración general.

Durante la audiencia de rendición pública de cuentas inicial, celebrada en julio, se informó que hasta el mes de mayo se habían invertido 11.160.000 bolivianos. Estos fondos se destinaron al fortalecimiento del sistema de seguridad y videovigilancia, la instalación de nuevos equipos Disentis en los hemiciclos de ambas cámaras, la reparación del frontis y la sustitución de paneles de vidrio internos y externos que presentaban daños en diversos ambientes y en la fachada del cubo principal.

No obstante, el interior del edificio también requiere atención. Aún queda por completar parte del cielo falso que cedió en el noveno piso, donde opera la segunda secretaría de la Cámara de Senadores. En febrero de este año, se reportó una filtración de agua que afectó al menos cuatro pisos, originada por una instalación defectuosa en el comedor de la Cámara de Diputados. Se explicó que la alta presión de las bombas de agua, combinada con una conexión deficiente, provocó el desbordamiento en el décimo piso, inundando la cocina y extendiéndose hacia abajo hasta el sexto nivel, y lateralmente hasta el cuarto.

La inauguración oficial del nuevo edificio legislativo tuvo lugar el 2 de agosto de 2021, con la presencia del presidente Luis Arce. El acto fue presidido por el vicepresidente David Choquehuanca, en su rol de presidente nato de la Asamblea Legislativa Plurinacional. En aquella ocasión, se enfatizó que la nueva edificación simbolizaba un icono del Estado Plurinacional, marcando el fin de una etapa colonialista.

La construcción de este complejo, que alberga a la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia, comenzó en 2015. El proyecto fue declarado de prioridad nacional mediante la Ley N° 668/2012-2013, aprobada en 2012, que también contempló la edificación de la Casa Grande del Pueblo como símbolos del nuevo Estado. La inversión inicial para la primera fase de construcción se estimó en aproximadamente 189,9 millones de bolivianos, aunque el costo final superó los 473 millones de bolivianos. La estructura cuenta con 25 pisos, cinco de los cuales se ubican en el subsuelo, e incluye un estacionamiento con capacidad para 85 vehículos. La construcción abarca una superficie de 44.000 metros cuadrados y ha sido diseñada con una robusta estructura antisísmica.

Mientras avanzan las obras de refacción en la sede de los asambleístas, un antiguo debate se reaviva en torno al reloj del Sur, instalado en la cúpula del antiguo edificio legislativo. Recientes comunicados emitidos por la Oficina del presidente electo Rodrigo Paz han exhibido el escudo nacional y la bandera tricolor como símbolos del Estado Plurinacional, en sustitución de la chakana, lo que ha intensificado la discusión sobre los simbolismos adoptados en el periodo anterior.

Un diputado electo del PDC ha expresado su preocupación, señalando que el funcionamiento invertido del reloj representa un retroceso y que es imperativo corregir esta situación para avanzar en la construcción de un país sin discriminación. Ha afirmado que la introducción de ciertos símbolos generó divisiones y que es fundamental debatir estos temas para lograr la unificación de Bolivia, asegurando que todos los sectores de la población se sientan representados. En este contexto, ha destacado la importancia de recuperar el escudo nacional y la bandera tricolor como los verdaderos emblemas del Estado boliviano, argumentando que, si bien la Constitución Política de 2009 establece diversos símbolos, el escudo de armas y la bandera rojo, amarillo y verde son los que verdaderamente identifican a todos los bolivianos. Ha insistido en que estos símbolos no deben ser motivo de división, reconociendo las particularidades regionales, pero enfatizando que la bandera tricolor y el escudo son los elementos unificadores para toda la nación.

Un exdiputado también se ha referido al reloj que marca la hora en sentido inverso, instando a las autoridades a restaurar su funcionamiento tradicional. En las redes sociales, la controversia sobre este reloj que gira en sentido contrario también ha resurgido con fuerza.

El denominado reloj del Sur fue instalado en 2014, durante la administración de Evo Morales. Su implementación fue impulsada por los entonces presidentes de las cámaras de Diputados y Senadores, Marcelo Elío y Eugenio Rojas, con la asesoría de David Choquehuanca, quien en ese momento ejercía como canciller. En 2014, Choquehuanca explicó que, de acuerdo con las cosmovisiones andinas, los relojes deberían girar hacia la izquierda en el hemisferio sur, al igual que el reloj solar natural. Aunque en ocasiones, como en 2020, se reportó un funcionamiento anómalo del reloj del Sur, no se han divulgado cifras oficiales sobre el gasto destinado a su mantenimiento

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