La situación en Tarija se ha tornado alarmante debido a la escasez de diésel, un problema que está impactando de manera significativa al sector productivo. Eider Quiroga, asambleísta departamental, ha manifestado su preocupación por el estado crítico que se vive en las estaciones de servicio, donde los ciudadanos se ven obligados a hacer largas filas para poder abastecerse de combustible.

Quiroga ilustró la magnitud del problema al señalar que en la estación de servicio de El Campesino, la cola de vehículos se extiende desde el surtidor hasta el barrio Panamericano, lo que equivale a casi un kilómetro. Esta situación no es aislada, ya que, según el asambleísta, todas las estaciones de servicio en la región enfrentan el mismo desafío, lo que refleja la desesperación de los ciudadanos por conseguir diésel.

Otro aspecto preocupante que destacó Quiroga es el racionamiento de diésel, que está afectando particularmente a los regantes del sector agrícola. Estos productores, que requieren el combustible para sus actividades, están experimentando serias dificultades. Según sus declaraciones, en las estaciones de servicio, a los agricultores se les está vendiendo solo 20 bolivianos de diésel, lo que equivale a aproximadamente cinco litros, una cantidad insuficiente para cubrir sus necesidades.

La escasez de diésel ha colocado al sector productivo de Tarija en una situación precaria. Las restricciones en el acceso al combustible no solo amenazan la continuidad de las actividades agrícolas, sino que también ponen en riesgo la seguridad alimentaria de la región, un tema que requiere atención urgente por parte de las autoridades

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