La evaluación de la solvencia de Bolivia ha experimentado un nuevo descenso, con una destacada agencia de calificación crediticia alertando sobre los desafíos que el gobierno podría enfrentar para cumplir con sus compromisos financieros en el próximo año. No obstante, el titular de la cartera económica ha asegurado que el riesgo de impago es inexistente y que se están desplegando todos los esfuerzos para mantener la puntualidad en los pagos.

La nota crediticia del país fue revisada a la baja, pasando de ‘CCC+’ a ‘CCC-‘, lo que indica un deterioro en las proyecciones sobre la situación económica nacional. Según la perspectiva de esta entidad, la capacidad de Bolivia para honrar su deuda se ve comprometida por el volumen de los vencimientos de deuda comercial externa a partir de 2026, así como por las dificultades para acceder a los mercados internacionales de bonos. En consecuencia, se anticipa que esta situación podría afectar la capacidad del ejecutivo para saldar sus obligaciones en los próximos seis a doce meses.

A este panorama se suman, según la misma agencia, las tensiones políticas en un contexto preelectoral, que podrían limitar la habilidad del gobierno para abordar desequilibrios macroeconómicos. Entre estos desequilibrios se mencionan la creciente brecha en el tipo de cambio paralelo y el aumento de la presión inflacionaria.

Desde el ámbito gubernamental, el ministro de Economía y Finanzas Públicas ha refutado categóricamente la posibilidad de una cesación de pagos, enfatizando que Bolivia ha estado cumpliendo con el servicio de su deuda externa de manera rigurosa y oportuna. Reconoció que, si bien la no aprobación de ciertos financiamientos podría generar escenarios complejos, la instrucción presidencial es clara: realizar todas las gestiones necesarias para asegurar la continuidad de los pagos de la deuda.

La autoridad también atribuyó parte de la coyuntura actual a la inestabilidad política. Argumentó que la fricción y polarización en el ámbito político han repercutido negativamente en la economía, subrayando la intrínseca relación entre la política y la economía. En este sentido, recalcó la importancia crucial de la aprobación de créditos por parte de la Asamblea Legislativa, especialmente aquellos de desembolso rápido, que serían fundamentales para cubrir necesidades inmediatas como la adquisición de combustibles. Se estima que, para equilibrar la balanza de pagos, el país requiere una inyección de aproximadamente 2.600 millones de dólares

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