El mercado del dólar paralelo en Bolivia ha experimentado un notable aumento, alcanzando en algunas zonas fronterizas con Salta un valor de hasta 14 bolivianos por cada dólar estadounidense. Este fenómeno se manifiesta en las casas de cambio de las localidades de Bermejo y Yacuiba, donde la demanda ha impulsado los precios de manera significativa.

En contraste, el tipo de cambio oficial se mantiene en 6.90 bolivianos, lo que genera una diferencia de aproximadamente el 100% entre ambos valores. La escasez de dólares ha sido atribuida a la crisis del sector petrolero, que ha llevado al gobierno a importar combustible, limitando así la disponibilidad de divisas en el mercado local. Según el analista económico David Maygua, los comerciantes se ven obligados a buscar dólares a cualquier precio, lo que ha contribuido al incremento en el valor del dólar paralelo.

En Bermejo, Andrés Torres, asambleísta de la región, ha señalado que la falta de dólares y la depreciación del boliviano están afectando gravemente la economía local. La situación es similar en Yacuiba, donde el dólar paralelo se cotiza en torno a los 13 bolivianos, reflejando un panorama económico complicado.

La escasez de dólares no es un fenómeno reciente; desde marzo de 2023, las casas de cambio han reportado largas filas de personas buscando adquirir la divisa estadounidense. Este problema se ha intensificado a medida que se cumplen 12 años desde que se estableció un tipo de cambio fijo en el país, lo que había permitido una cierta estabilidad económica y la apreciación de la moneda nacional.

Sin embargo, en los últimos dos años, a pesar de que el Banco Central de Bolivia continúa vendiendo dólares a un precio oficial, muchos ciudadanos han experimentado dificultades para acceder a esta moneda, enfrentándose a largas esperas y limitaciones en las transacciones. Inicialmente, el gobierno minimizó la situación, atribuyéndola a la especulación, pero eventualmente reconoció las dificultades sin calificarlo como una crisis económica.

La alta demanda de dólares ha dado origen a un mercado paralelo, donde el precio del dólar ha ido en aumento, alcanzando cifras que superan los 10 bolivianos en algunos casos. La economía boliviana, al igual que la argentina, opera en un entorno bimonetario, donde el equilibrio entre el boliviano y el dólar es delicado, complicándose aún más por la influencia del peso argentino en las transacciones.

Este contexto ha generado un ambiente de especulación, donde los comerciantes y quienes trabajan en el comercio informal buscan proteger su poder adquisitivo. A pesar de que las casas de cambio a menudo indican que no tienen dólares disponibles, el acceso al mercado paralelo se presenta como una alternativa, reflejando la complejidad de la situación económica en la región

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