En la ciudad de Tarija, se ha generado un intenso debate en torno a la construcción de una micro planta de tratamiento de aguas residuales, que ha suscitado reacciones encontradas entre los vecinos. Mientras algunos sectores, especialmente en el distrito 8, han expresado su apoyo al proyecto, otros, como los residentes de los barrios Lourdes y El Trigal, se han manifestado en contra de su ubicación.
Cinthia Olguin, presidenta del barrio Japón y del distrito 8, ha destacado que desde el año 2017 se han llevado a cabo gestiones para avanzar en la implementación de este proyecto, que cuenta con un financiamiento de 20 millones de bolivianos. Olguin lamentó que algunos barrios se opongan a la iniciativa, la cual, según ella, es fundamental para abordar el problema de la contaminación ambiental en la región.
La presidenta del distrito enfatizó la necesidad de que los residentes de Lourdes y El Trigal reconsideren su postura y participen en el proceso de socialización del proyecto, con el fin de evitar la desinformación. Olguin subrayó que el bienestar colectivo y el acceso a servicios básicos son esenciales para los barrios en crecimiento, que actualmente dependen de pozos sépticos debido a la falta de un sistema de alcantarillado.
Por otro lado, Julio Marca, presidente del barrio El Trigal, aclaró que los vecinos no están en contra de la planta en sí, sino que solicitan su reubicación. Según él, la ubicación propuesta para la planta está en una zona densamente poblada, lo que podría representar un riesgo para la salud de los residentes debido a los olores y molestias que podría generar.
Marca expresó que la comunidad está preocupada por las implicaciones que tendría la planta en un área urbanizada y reiteró la solicitud de trasladar el proyecto a un lugar más adecuado, donde no afecte a los vecinos. La situación continúa siendo objeto de discusión mientras ambas partes buscan un consenso que garantice el bienestar de la comunidad