El conflicto en el sector salud de Tarija ha tomado un nuevo giro, con el Ministerio de Trabajo intensificando sus esfuerzos para fomentar el diálogo entre las partes involucradas. Richard Pilco, director del trabajo, confirmó que tanto el Sedes como los trabajadores han presentado cartas solicitando la intervención del ministerio para abordar la situación.
Pilco subrayó la importancia de establecer una mesa de negociación entre los trabajadores y las autoridades, destacando que la solución a este problema recae principalmente en el gobernador Oscar Montes. Esta figura clave deberá reunirse con los líderes sindicales para encontrar un camino hacia la resolución del conflicto.
El director del trabajo también hizo hincapié en que el ministerio, junto con la Defensoría del Pueblo, está tomando medidas para facilitar el diálogo. A lo largo de las últimas semanas, el sector salud ha llevado a cabo paros laborales de diferentes duraciones, lo que ha generado preocupación por el impacto en la atención sanitaria de la población tarijeña.
Pilco expresó su inquietud sobre la posibilidad de un paro indefinido, señalando que es crucial escuchar las posturas de los trabajadores y del Colegio Médico para evitar que la situación se agrave. El ministerio se propone crear un ambiente propicio para el diálogo y busca contactar a los movilizados para explorar la opción de un alto temporal en sus acciones.
El impacto del conflicto en la salud de los ciudadanos es una preocupación central, y Pilco enfatizó que no se puede ignorar a los trabajadores que están en pie de lucha. A pesar de las tensiones, el director reiteró la necesidad de que las autoridades se sienten a dialogar, especialmente ante la advertencia de un paro indefinido por parte de los trabajadores.
Por otro lado, el director del Sedes ha manifestado su deseo de dialogar, aunque también ha solicitado sanciones para los trabajadores y ha calificado de ilegal la prolongada medida de presión. Pilco reconoció que la búsqueda de sanciones y el diálogo simultáneamente podría complicar la resolución del conflicto. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo se comprometió a hacer todo lo posible para alcanzar una solución, en un contexto donde la gobernación ha insinuado la existencia de una dictadura sindical