Tras un extenso recorrido por varias jurisdicciones en Cochabamba, la denuncia interpuesta por Vicente Cuéllar, rector de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, contra el exmandatario Evo Morales ha regresado a La Paz para su debida investigación. La acusación principal se centra en el delito de terrorismo.
El fiscal Samuel Pérez Villanueva presentó un memorial al juzgado civil y penal de Sipe Sipe, argumentando que los delitos de terrorismo, sedición y alzamientos armados deben ser procesados en la sede del gobierno, La Paz. En su petición, el fiscal solicitó que se declinara la competencia y se remitiera el caso al juzgado de instrucción penal correspondiente en la capital.
Cuéllar formalizó su denuncia el 6 de noviembre en La Paz, invocando el decreto 138 de 2009, que establece que las investigaciones por delitos de terrorismo y alzamientos armados deben llevarse a cabo en la sede gubernamental. Sin embargo, la fiscalía de La Paz redirigió el caso a Cochabamba, desde donde pasó a Villa Tunari y luego a Sipe Sipe, antes de regresar nuevamente a La Paz.
El decreto 138, promulgado bajo la administración de Morales, se ha convertido en un elemento en su contra, ya que establece claramente la jurisdicción para estos casos. En el memorial, el fiscal también indicó que se ampliará la investigación por la presunta comisión del delito de terrorismo y que se deben seguir los trámites pertinentes.
Una vez que el expediente sea enviado desde Sipe Sipe, se asignará un fiscal y un juez instructor para el control jurisdiccional. Este fiscal tendrá la responsabilidad de convocar a los denunciantes y a los acusados para avanzar en el proceso.
En La Paz, actualmente hay un caso abierto que involucra a diez delitos relacionados con simpatizantes de Evo Morales, incluyendo dos que se enmarcan en las categorías de terrorismo y alzamientos armados. La denuncia de Cuéllar se originó tras declaraciones de Morales en medios de comunicación, donde admitió haber disparado contra vehículos durante un intento de atentado en Villa Tunari