Un joven de 17 años fue detenido recientemente en Oruro por su presunta participación en el asalto y homicidio de un médico, quien fue brutalmente agredido por cuatro individuos que le sustrajeron sus pertenencias.
El incidente ocurrió en la madrugada del 7 de diciembre, en la intersección de las calles La Paz y 1ro de Noviembre. La víctima, un médico de 50 años, se encontraba caminando alrededor de las 5:00 a.m. tras asistir a un evento social cuando fue atacada por un grupo de cuatro sujetos. Las imágenes captadas por cámaras de seguridad muestran cómo los agresores se abalanzaron sobre la víctima, golpeándola con violencia. Dos de ellos huyeron tras el robo, mientras que los otros dos continuaron agrediéndolo hasta asegurarse de que no quedara con ninguna pertenencia y que no mostrara signos de vida, para luego retirarse tranquilamente.
Las autoridades confirmaron la detención del menor, quien será presentado ante un juez especializado en asuntos de la niñez para responder por cargos que incluyen homicidio, robo agravado y lesiones graves y leves. Este joven es el segundo detenido relacionado con este caso. El primero es un hombre de 18 años que permanece recluido en una cárcel pública de Oruro, mientras que otros dos implicados, ambos menores de 21 años, permanecen prófugos.
Además de este crimen, los cuatro individuos están vinculados a otro asalto violento contra un joven de 21 años, quien resultó gravemente herido y se encuentra en terapia intensiva.
El fiscal departamental de Oruro, Aldo Morales, señaló que ambas investigaciones continúan abiertas, destacando la extrema violencia empleada por este grupo de jóvenes. Según las investigaciones, Daril I. C. Ch., de 18 años, es considerado el líder del grupo y está detenido en el penal de San Pedro. Los otros implicados han sido identificados como Nicolay C., Franco L. L. A. y Álvaro J. V. J., con edades que oscilan entre los 17 y 21 años. Morales también mencionó que se ha logrado reconstruir los movimientos del grupo, los lugares donde se reunían y el secuestro de teléfonos celulares pertenecientes a las víctimas, lo que forma parte de la evidencia que se recoge para el proceso judicial
