El capitán de Blooming, Gabriel Valverde, asumió la responsabilidad por los altercados registrados al final del encuentro frente a Real Oruro y expresó su deseo de que episodios como la confrontación masiva ocurrida no se repitan en el fútbol nacional. Valverde reconoció que su comportamiento fue un mal ejemplo y mostró arrepentimiento, especialmente porque su suspensión le impedirá participar en la semifinal, un partido para el cual el equipo se había preparado intensamente.
El jugador explicó que su reacción durante la pelea fue en defensa propia y en protección de sus compañeros, luego de recibir agresiones por parte de jugadores del conjunto orureño. Subrayó que las diferencias y disputas dentro del campo deben resolverse respetando las reglas del juego y evitando cualquier tipo de violencia, resaltando la importancia de la unidad y el respeto entre futbolistas bolivianos.
Además, Valverde cuestionó algunas decisiones arbitrales que, a su juicio, influyeron en jugadas polémicas, como la falta sancionada que permitió la igualdad de Real Oruro. A pesar de ello, reafirmó su compromiso con Blooming y destacó la entrega del equipo, especialmente en la segunda mitad del partido, donde lograron remontar el marcador. Ahora, el plantel se enfoca en la próxima semifinal, con la intención de mantener un fútbol limpio y competitivo.
Por otra parte, el capitán se refirió al clásico cruceño, donde Blooming ostenta un invicto superior a dos años frente a Oriente Petrolero. Manifestó que el equipo tiene la oportunidad de extender esta racha y anticipó un encuentro complicado, pero con la voluntad de brindar un buen espectáculo a sus seguidores. Valverde enfatizó la importancia de continuar luchando por clasificaciones a torneos internacionales y mantener la concentración en cada compromiso

