La jornada futbolística en Oruro, que prometía ser una celebración deportiva, terminó en un episodio de violencia tras el empate 2-2 entre Real Oruro y Blooming por la Copa Bolivia. Aunque el equipo cruceño logró avanzar a semifinales con un marcador global de 4-3, la euforia inicial se vio empañada por un conflicto que escaló rápidamente.
Al concluir el encuentro, mientras los jugadores de Blooming celebraban su clasificación en el campo, miembros de Real Oruro reaccionaron de manera agresiva. La tensión derivó en un enfrentamiento físico entre jugadores, cuerpo técnico y personal de ambos clubes. La situación se tornó tan grave que la intervención policial fue necesaria, utilizando gases lacrimógenos para controlar el desorden.
Uno de los incidentes más preocupantes involucró a Cristian Méndez, responsable de logística de Blooming, quien resultó gravemente herido. Según informes oficiales, Méndez intentó mediar en una agresión contra un utilero del club cuando fue atacado por la espalda por un asistente técnico vinculado al cuerpo técnico de Real Oruro. Posteriormente, recibió golpes adicionales que le provocaron fracturas y lesiones severas en el rostro.
El personal médico confirmó que Méndez permanece hospitalizado en la clínica Cristo Rey, donde debe ser sometido a una cirugía de emergencia debido a la gravedad de sus heridas, que incluyen inflamación facial, coágulos en el ojo derecho y sangrado nasal.
Este lamentable episodio ha generado preocupación en el ámbito deportivo y plantea interrogantes sobre las medidas de seguridad y las posibles sanciones que se implementarán. Desde la dirigencia de Blooming han anunciado que emprenderán acciones legales y disciplinarias para esclarecer los hechos y evitar que situaciones similares se repitan en el fútbol nacional, que nuevamente se ve afectado por incidentes violentos


