Blooming aseguró su pase a las semifinales de la Copa Bolivia tras empatar 2-2 con Real Oruro en el estadio Jesús Bermúdez. Este resultado, sumado al triunfo 2-1 en el partido de ida, le permitió avanzar con un marcador global de 4-3. No obstante, el desenlace del encuentro estuvo marcado por graves incidentes que derivaron en una pelea masiva, la intervención policial con gas lacrimógeno y la expulsión de 17 jugadores entre ambos equipos.

En medio del desorden, Richard Spenhay, mediocampista de la academia, expresó su pesar por lo ocurrido y destacó que la clasificación se logró “contra todo y contra todos”, en una jornada cargada de tensión tanto dentro como fuera del terreno de juego. Resaltó la alegría del plantel por avanzar y la entrega mostrada por el equipo y el cuerpo técnico, aunque lamentó que el espectáculo se viera empañado por la violencia.

El jugador enfatizó que Blooming llegó a Oruro con la intención de jugar al fútbol y evitar caer en provocaciones. Subrayó que el deseo es que el resultado se defina en el campo, sin conflictos ni incidentes posteriores. Además, señaló al arbitraje como un factor recurrente que afecta negativamente al fútbol boliviano, haciendo un llamado a todos los actores involucrados a asumir responsabilidades para mejorar la situación.

Spenhay también cuestionó la disparidad en las sanciones impuestas, mencionando que mientras su equipo recibe castigos rápidamente, otros clubes enfrentan demoras en las decisiones disciplinarias. Reclamó justicia y equidad para que todos los equipos compitan en igualdad de condiciones.

Desde el cuerpo técnico, el asistente Pablo Salinas coincidió con las críticas hacia el arbitraje, responsabilizándolo por el ambiente tenso que se vivió en el estadio. Indicó que el colegiado fue permisivo con el rival y que algunas faltas claras merecían expulsiones que no se concretaron. Además, señaló incoherencias en la aplicación del VAR, ya que algunas jugadas fueron revisadas mientras otras no recibieron atención.

A pesar del conflicto, Salinas valoró la actitud de Blooming, destacando que el equipo mantuvo su estilo de juego ofensivo y que cuenta con jugadores de calidad que justifican su presencia en las etapas finales del torneo.

Ahora, Blooming espera conocer a su oponente en semifinales, que saldrá del enfrentamiento entre Bolívar y San Antonio. Sin embargo, la preocupación principal radica en las posibles sanciones que el Tribunal de Disciplina podría imponer tras el informe arbitral, que incluye a diez integrantes del club, entre jugadores y cuerpo técnico.

En definitiva, la jornada dejó un sabor amargo, con el fútbol opacado por la violencia, mientras desde Blooming se insiste en la necesidad de igualdad y respeto para el desarrollo sano del deporte

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