La selección boliviana ya tiene definido su próximo rival en las semifinales del repechaje intercontinental hacia el Mundial 2026: Surinam. Este encuentro, programado para el 26 de marzo en Guadalajara, México, representará el primer enfrentamiento oficial entre ambos países. El vencedor avanzará para enfrentar a Irak, con un pasaje histórico en juego hacia la Copa del Mundo. Paralelamente, en la otra llave, Jamaica y Nueva Caledonia competirán por el derecho a medirse con la República Democrática del Congo. Un aspecto que llama la atención es la participación de Surinam, un país sudamericano, en la Confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (CONCACAF), en lugar de competir bajo la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL).
Surinam, ubicado en la costa noreste de Sudamérica, comparte fronteras con Brasil, Guyana y Guayana Francesa, pero su identidad cultural y deportiva está más alineada con el Caribe. Su idioma oficial es el neerlandés, reflejo de su pasado colonial bajo los Países Bajos, y logró su independencia en 1975, en una fecha relativamente tardía en comparación con otros países de la región. Además, forma parte de la Comunidad del Caribe (CARICOM), lo que afianza sus lazos políticos y culturales con esa región. Desde un punto de vista logístico y futbolístico, sus relaciones y desplazamientos son más fluidos con naciones caribeñas que con sus vecinos sudamericanos.
En términos deportivos, Surinam fue uno de los miembros fundadores de CONCACAF en 1961, antes incluso de alcanzar su independencia, lo que explica su histórica afiliación a esta confederación en lugar de a CONMEBOL. Competir en CONCACAF le permite evitar enfrentamientos regulares con potencias sudamericanas como Brasil, Argentina o Uruguay, aumentando sus opciones de avanzar en competencias internacionales. Su historial incluye participaciones en la Copa Oro en 1977, 1985 y 2017, logrando su mejor desempeño en la edición de 1977, donde alcanzó el cuarto lugar. En el actual proceso clasificatorio, Surinam finalizó en segundo lugar en su grupo de Centroamérica, superando a selecciones con mayor tradición futbolística como Guatemala y El Salvador, solo detrás de Panamá.
Aunque Surinam no cuenta con una amplia trayectoria en el fútbol internacional, ha sido cuna de destacados jugadores con raíces en el país que han brillado en Europa, especialmente en la selección neerlandesa. Entre ellos se encuentran figuras legendarias como Edgar Davids, Clarence Seedorf, Ruud Gullit, Frank Rijkaard y Patrick Kluivert. En la actualidad, estrellas como Virgil van Dijk y Georginio Wijnaldum también tienen ascendencia surinamesa. El equipo nacional está dirigido por Stanley Menzo, exarquero del Ajax y de la selección de los Países Bajos, quien lidera al conjunto en este repechaje.
Un factor determinante en la reciente evolución del equipo ha sido la flexibilización de las normas sobre elegibilidad, que permite a jugadores nacidos en los Países Bajos con ascendencia surinamesa representar a Surinam. Este reclutamiento de talento europeo ha elevado significativamente el nivel competitivo del seleccionado, constituyendo una ventaja clave en la búsqueda de la clasificación mundialista.
Surinam es un país con una rica diversidad cultural, influenciada por herencias africanas y asiáticas, y cuenta con comunidades religiosas que incluyen el cristianismo, el hinduismo y el islam. Su territorio, mayormente cubierto por la selva amazónica, es uno de los más verdes del mundo, con más del 93% de su superficie en estado natural. Con una población aproximada de 600,000 habitantes, es la nación independiente menos poblada de Sudamérica, y su capital es Paramaribo.
El enfrentamiento entre Bolivia y Surinam representa un choque entre dos realidades futbolísticas distintas: una selección sudamericana que compite en la región caribeña por razones históricas, culturales y deportivas, y un conjunto boliviano que aspira a regresar a un Mundial tras más de treinta años de ausencia. El partido en Guadalajara será una oportunidad crucial para Bolivia en su camino hacia el sueño mundialista


