El próximo encuentro entre Bolivia y Surinam, programado para el 26 de marzo en Guadalajara, México, marcará un momento histórico al tratarse del primer enfrentamiento oficial entre ambas selecciones en el marco de las semifinales del repechaje intercontinental hacia el Mundial 2026. Bolivia, con la aspiración de regresar a una Copa del Mundo después de más de treinta años, se enfrentará a un adversario que, pese a su reducido tamaño en Sudamérica, presenta un plantel reforzado con futbolistas que desarrollan sus carreras en ligas europeas, otorgándole un nivel competitivo significativo.

Surinam ha logrado consolidar un equipo con jugadores destacados en diversos campeonatos europeos. Entre ellos se encuentran Sheraldo Becker, atacante del CA Osasuna en España, reconocido por su velocidad y capacidad para desequilibrar; Jean-Paul Boëtius, mediocampista creativo que milita en el Darmstadt 98 de Alemania; Stefano Denswil, un defensor central experimentado en el Kayserispor de Turquía; Ridgeciano Haps, lateral con vocación ofensiva en el Venezia de Italia; Virgil Misidjan, delantero con movilidad y olfato goleador en el N.E.C Nijmegen de los Países Bajos; y Etienne Vaessen, portero titular del FC Groningen, también en los Países Bajos.

El estilo de juego del conjunto surinamés se caracteriza por una defensa con experiencia europea, un mediocampo técnico y delanteros ágiles capaces de generar transiciones rápidas que sorprenden a sus rivales. Sin embargo, el equipo muestra ciertas vulnerabilidades, como la fragilidad defensiva bajo presión, una dependencia notable en las individualidades y dificultades para mantener un alto nivel de intensidad en encuentros decisivos.

Bajo la dirección del entrenador neerlandés Stanley Menzo, exarquero del Ajax y de la selección de Países Bajos, Surinam adopta una propuesta que combina disciplina táctica europea con la potencia y velocidad caribeña. Su planteamiento se basa en un orden defensivo riguroso, un juego directo y vertical, y un énfasis especial en la velocidad de sus extremos.

Para Bolivia, el desafío será neutralizar la rapidez de jugadores como Becker y Misidjan, aprovechar los espacios que pueda dejar la defensa rival, dominar el mediocampo y mantener una concentración constante, especialmente en las disputas aéreas.

La nómina reciente de Surinam incluye porteros como Etienne Vaessen (FC Groningen), Warner Hahn (Hammarby IF, Suecia) y Jonathan Fonkel (SV Robinhood, Surinam). En la defensa destacan Myenty Abena (Gaziantep FK, Turquía), Djavan Anderson (Al-Ittifaq, Arabia Saudita), Radinio Balker (Huddersfield Town FC, Inglaterra), Stefano Denswil (Kayserispor, Turquía), Anfernee Dijksteel (Kocaelispor, Turquía), Ridgeciano Haps (Venezia FC, Italia), Shaquille Pinas (Al-Kholood Club, Arabia Saudita) y D. Van der Kust (Heracles Almelo, Países Bajos). El mediocampo está compuesto por Jean-Paul Boëtius (Darmstadt 98, Alemania), Tjaronn Chery (N.E.C Nijmegen, Países Bajos), Denzel Jubitana (Atromitos FC, Grecia), Dhoraso Klas (FC Iberia 1999, Georgia), Justin Lonwijk (Fortuna Sittard, Países Bajos), Dion Malone (SC Telstar, Países Bajos) y Kenneth Paal (Antalyaspor, Turquía). En la delantera se encuentran Sheraldo Becker (CA Osasuna, España), Jay-Roy Grot (Odense Boldklub, Dinamarca), Richonell Margaret (Go Ahead Eagles, Países Bajos), Jahnoah Markelo (FC Zurich, Suiza), Virgil Misidjan (N.E.C Nijmegen, Países Bajos), Jaden Montnor (Aris Limassol, Chipre) y Gleofilo Vlijter (Újpest FC, Hungría).

Este partido representa un reto importante para Bolivia, que deberá desplegar una estrategia sólida y demostrar carácter para superar a un equipo que, aunque proviene de un país pequeño, combina talento europeo con la energía caribeña, ofreciendo un nivel competitivo que exige atención y preparación

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