El alcalde Jhonny Torres Terzo reconoció que varias municipalidades del país enfrentan una reducción en sus ingresos, lo que las obliga a priorizar el mantenimiento de sus operaciones habituales por encima de la inversión en nuevos proyectos y obras. Según explicó, asegurar el funcionamiento básico de las instituciones es la primera responsabilidad, lo que limita la disponibilidad de recursos para iniciativas de desarrollo.
Torres señaló que muchas entidades, incluyendo algunas gobernaciones, presentan niveles negativos en inversión debido a deudas acumuladas. En este contexto, gran parte de las alcaldías, tanto en Tarija como en otras regiones, destinan la mayoría de su presupuesto únicamente al funcionamiento, sin contar con partidas significativas para inversión.
En el caso específico del municipio de Tarija, se cuenta con una asignación de aproximadamente 13 millones de bolivianos para inversión, lo que ha permitido continuar con proyectos de asfaltado y empedrado de calles. Hasta la fecha, se han asfaltado cerca de 60 kilómetros y empedrado alrededor de 90 kilómetros, avanzando significativamente en la mejora de la infraestructura vial.
Para complementar estos esfuerzos, la alcaldía ha recurrido a créditos bancarios, solicitando financiamiento en entidades como el banco Bisa y el banco Mercantil Santa Cruz. Estos préstamos, que no superan los 300 millones de bolivianos, se emplean para proyectos de asfaltado, equipamiento de la Empresa Municipal de Aseo y Transporte (EMAT), así como para la construcción de puentes en la segunda Circunvalación. El margen máximo de endeudamiento permitido para la alcaldía es de 1.000 millones de bolivianos, lo que brinda un margen para continuar respondiendo a las necesidades de la población


