El conjunto blanco sufrió una clara derrota en su visita a Anfield, donde el Liverpool se impuso con un solitario gol. El resultado fue justo, reflejando la superioridad del equipo local a lo largo del encuentro. La actuación estelar del guardameta madridista, Thibaut Courtois, fue el factor principal que evitó una desventaja mayor para los visitantes, quienes finalmente cedieron ante un cabezazo de Mac Allister en el minuto 60. Este revés marca la primera derrota del Real Madrid en la fase de grupos, dejándolos con nueve puntos de doce posibles.

Desde el pitido inicial, la intensidad característica de Anfield impulsó a los anfitriones, quienes exhibieron una notable ventaja física en cada disputa. El Real Madrid, por su parte, mostró una versión desdibujada, careciendo de la chispa necesaria para contrarrestar el ímpetu rival. Aunque jugadores como Vinicius y Bellingham intentaron generar juego, la influencia de otros atacantes clave, como Mbappé, fue casi nula durante la primera mitad.

El técnico Xabi Alonso intentó reconfigurar el mediocampo con la entrada de Camavinga por el flanco derecho y la inclusión de Arda Güler para potenciar la creación. Sin embargo, estos ajustes no se tradujeron en oportunidades claras frente a la portería rival, cuyo guardameta disfrutó de una noche tranquila.

A medida que se acercaba el descanso, el Liverpool incrementó su presión, poniendo a prueba a Courtois en varias ocasiones. El portero belga, con su habitual solvencia, frustró los intentos locales, destacando una intervención a quemarropa ante Szoboszlai que dejó perplejo al atacante húngaro. Previamente, una posible mano de Tchouaméni dentro del área, tras un disparo de Szoboszlai, fue revisada por el árbitro Kovacs mediante el VAR, determinándose que la infracción había ocurrido fuera de los límites.

Al término de la primera parte, la sensación general era de un Real Madrid superado. La atmósfera de Anfield y la ausencia de un Mbappé influyente pesaron en el rendimiento. Pese a ello, algunos futbolistas como Carreras, quien contuvo eficazmente a Salah, y Militao, sólido frente a Ekitike, ofrecieron destellos positivos, aunque las pérdidas de balón de Huijsen en la salida generaron preocupación.

Tras la reanudación, Courtois mantuvo su exhibición, acumulando hasta ocho paradas que lo erigían como el héroe provisional de la noche. Sin embargo, la resistencia del muro blanco se quebró en el minuto 60, cuando Mac Allister cabeceó un balón al fondo de la red, evidenciando una debilidad recurrente en el Real Madrid: la fragilidad en las jugadas a balón parado, tanto en ataque como en defensa.

A pesar del gol, Xabi Alonso optó por cambios conservadores, introduciendo a Rodrygo, Brahim y Arnold, este último en sustitución de Valverde. La reaparición de Arnold en Anfield fue recibida con abucheos por parte de la afición local, generando una atmósfera cargada cada vez que tocaba el esférico. Aunque esto pareció infundir un breve impulso en los madridistas, Courtois volvió a intervenir decisivamente ante Salah, y una providencial acción de Militao bajo palos mantuvo la esperanza hasta el final. No obstante, el Liverpool gestionó su ventaja con madurez, asegurando los tres puntos. Este encuentro podría representar un nuevo punto de inflexión para el Real Madrid, que sigue buscando la forma de imponer su autoridad ante los rivales de mayor envergadura en su competición

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