En el marco de la apertura del debate presidencial, el titular del Tribunal Supremo Electoral (TSE), Óscar Hassenteufel, emitió una contundente declaración que trascendió el protocolo habitual. Hassenteufel denunció enérgicamente una propuesta legislativa impulsada por el senador Pedro Benjamín Vargas, la cual calificó de intento descarado y profundamente erróneo de socavar la institucionalidad democrática.
La iniciativa de Vargas busca cesar a los vocales del órgano electoral y extender los mandatos del presidente y de los legisladores mediante un proyecto de ley presentado en la Asamblea Legislativa Plurinacional. El argumento esgrimido para justificar esta medida, según Hassenteufel, era que el TSE no había completado la elección judicial. Sin embargo, el presidente del TSE aclaró que la elección judicial se desarrolla en dos fases, siendo la primera responsabilidad exclusiva de la Asamblea Legislativa. Subrayó que el órgano electoral se encuentra imposibilitado de convocar a comicios sin la previa selección de candidatos.
La suspensión de dicha elección, explicó, fue dictaminada por el Tribunal Constitucional, precisamente porque la Asamblea Legislativa no avanzó en la crucial etapa de selección de postulantes, un requisito indispensable para la convocatoria electoral. Hassenteufel criticó la aparente falta de voluntad de la Asamblea en este proceso, señalando que uno de sus miembros ahora intentaba, de manera calculada, atribuir la responsabilidad a los vocales del TSE. Esta maniobra, afirmó, representaba un nivel de cinismo inaceptable.
Con una clara manifestación de su descontento ante la maniobra legislativa, Hassenteufel defendió la autonomía del Tribunal Supremo Electoral y advirtió que cualquier intento de injerencia sería infructuoso para alterar el calendario del balotaje presidencial, programado para el 19 de octubre.
Este pronunciamiento se dio en el inicio del debate presidencial, un evento considerado trascendental por ser el primero en más de dos décadas y por realizarse a solo una semana de la segunda vuelta electoral. En un tono institucional, Hassenteufel reiteró la misión fundamental del Tribunal: salvaguardar la voluntad popular y fortalecer la democracia, incluso en momentos de tensión política. Concluyó su intervención haciendo un llamado a la unidad, afirmando que la ciudadanía boliviana anhela soluciones y una vida en paz y democracia, lejos de confrontaciones estériles, antes de ceder la palabra a los dos candidatos.
El enérgico mensaje de Hassenteufel sentó el tono para una noche crucial, reafirmando la autoridad del TSE como garante de la decisión ciudadana frente a las presiones políticas