Óscar Villegas, el estratega de la selección nacional, ha delineado con claridad las condiciones bajo las cuales Marcelo Martins, el máximo goleador histórico, podría considerar un eventual retorno al equipo. El técnico subrayó que, mientras el delantero permanezca alejado de la actividad profesional, su reintegración al combinado nacional es inviable. Insistió en que su rol como seleccionador implica observar exclusivamente a futbolistas en plena competencia y con un rendimiento destacado.
Villegas consideró poco serio evaluar a un jugador que lleva más de un año sin pisar una cancha de manera competitiva. El entrenador fue enfático al señalar que el primer paso para Martins no es habilitarse para la selección, sino para un club, demostrando así su capacidad para ser un aporte significativo. Solo bajo esas circunstancias, explicó, su nombre podría ser considerado para una convocatoria.
Aunque reconoció la vasta trayectoria de Martins como un referente y goleador histórico de Bolivia, Villegas calificó la actual discusión sobre su posible regreso como algo que raya en lo anecdótico o incluso lo irrisorio, dada su situación actual.
Por su parte, Martins, consultado recientemente tras la clasificación de Bolivia a la fase de repechaje mundialista, no descartó la posibilidad de volver a vestir la camiseta nacional. Expresó cautela, pero dejó abierta la puerta, manifestando sentirse en condiciones físicas adecuadas y confiando en que, si las circunstancias se alinean, un regreso podría materializarse. El exdelantero explicó que su decisión de retirarse en noviembre de 2023 respondía a una necesidad personal de tomarse un descanso en su carrera. Sin embargo, la reciente euforia generada por los buenos resultados del equipo ha reavivado su motivación, invitándolo a reflexionar sobre futuras posibilidades.
En última instancia, el camino hacia un posible retorno del Matador a la Verde depende enteramente de su decisión de cumplir con los requisitos establecidos por el cuerpo técnico: retomar la actividad en un club, alcanzar un nivel competitivo y demostrar su vigencia en el fútbol profesional. Solo entonces, la aspiración de verlo nuevamente en la cancha con la selección podría transitar de un mero deseo a una opción tangible