La Subgobernación de Padcaya, inicialmente, había proyectado un presupuesto de 1.5 millones de bolivianos para la ejecución de su plan de desarrollo anual. Sin embargo, una drástica disminución en los ingresos ha reducido la asignación final a solo 400 mil bolivianos.
José Miguel Calvimonte, subgobernador de la región, ha señalado que este monto es el total de recursos que se espera percibir. Ante esta limitación financiera, la prioridad absoluta se ha fijado en el mantenimiento de la red vial departamental, lo que ha implicado la suspensión de otros programas previstos. Los fondos disponibles se destinan principalmente a la adquisición de combustible y a una parte de los repuestos necesarios para la maquinaria.
El costo de los repuestos ha experimentado un incremento considerable; por ejemplo, el precio de un neumático para motoniveladora ha ascendido de aproximadamente 7 mil a 18 mil bolivianos. Esta situación, sumada a la fluctuación del tipo de cambio del dólar, ha provocado que numerosos procesos de licitación queden desiertos.
La jurisdicción de Padcaya es responsable del mantenimiento de cerca de 270 kilómetros de caminos departamentales, incluyendo tramos vitales en Tariquía y Emborozú. El subgobernador ha reconocido que los 400 mil bolivianos son insuficientes para atender todas las necesidades de esta extensa red. Como consecuencia directa, la mitad del parque automotor de la subgobernación se encuentra inoperativa por falta de repuestos. A pesar de estas adversidades, se asegura que las vías se mantienen transitables y las labores esenciales continúan, aunque la necesidad de equipamiento adicional es evidente.
Asimismo, se ha refutado la idea de que la labor de los subgobernadores se limita a la distribución de canastas alimentarias para adultos mayores, una tarea que, si bien ha sido cumplida, forma parte de un espectro más amplio de responsabilidades. La gestión también incluye una coordinación activa con los municipios, estableciendo acuerdos de contraparte para impulsar proyectos conjuntos