La arena política boliviana ha sido escenario de un intenso intercambio de acusaciones entre el presidente Luis Arce y Jorge Tuto Quiroga, candidato presidencial por Libre, a pocas semanas de la segunda vuelta electoral. El centro de la disputa gira en torno a la gestión económica del país, específicamente las reservas de oro, la deuda externa y la escasez de combustibles y dólares.

El candidato Quiroga había manifestado previamente su preocupación por la falta de transparencia gubernamental en torno a las reservas áureas y la magnitud de la deuda externa. Atribuyó la actual crisis de divisas y carburantes directamente a la administración del Movimiento Al Socialismo (MAS), que concluye su mandato el próximo 8 de noviembre. En este contexto, Quiroga exigió que las autoridades del Banco Central de Bolivia aseguren la existencia de 22 toneladas de oro como reserva, conforme a la normativa legal vigente, advirtiendo sobre posibles acciones penales en caso de incumplimiento.

En respuesta, el presidente Arce criticó duramente las declaraciones de Quiroga. El mandatario señaló que el candidato ha expresado quejas sobre la escasez de combustibles, dólares y oro, y ha llegado a amenazar con encarcelar a las autoridades del Banco Central de Bolivia. Arce interpretó estas amenazas como un intento de coacción, sugiriendo que se exigiría la entrega de pasaportes sin investigación, juicio ni cargos, lo que, a su juicio, podría ser la tónica de un eventual gobierno de Quiroga.

El presidente acusó a Quiroga de querer socavar el Estado de derecho y de improvisar discursos carentes de consistencia. Cuestionó la tardía preocupación del candidato por los problemas nacionales, sugiriendo una falta de propuestas concretas para la crisis del combustible. Arce describió las posturas de Quiroga como ambiguas, dubitativas, contradictorias, sin convicciones ni certezas.

Además, el presidente recordó haber invitado a Quiroga y a Rodrigo Paz a una reunión en la Casa Grande del Pueblo para dialogar sobre la transición económica, invitación a la que el postulante de Libre no asistió. Arce lamentó su ausencia y la posterior crítica de Quiroga hacia la intención de realizar una transición de gestión responsable.

El jefe de Estado insistió en que la crisis actual fue provocada por el evismo y la derecha en la Asamblea Legislativa, quienes habrían obstaculizado la aprobación de créditos destinados a la importación de combustibles. Defendió su administración, afirmando que, a pesar de un bloqueo sistemático, se ha garantizado el abastecimiento regular de carburantes, manteniendo la estabilidad de precios y la subvención.

En un balance de su gestión, Arce destacó la exploración de 18 pozos, incluyendo Mayaya Centro X-1, el incremento de las reservas de oro y la implementación del “Plan de Transición Energética Bolivia 2050”. También estableció una clara diferencia entre su visión de cooperación internacional, basada en mesas técnicas y respeto a la soberanía, y la de Quiroga, a quien acusó de querer hipotecar el futuro del país en favor del gran capital concentrado.

Un día antes de las declaraciones presidenciales, desde El Alto, Quiroga había reiterado su advertencia sobre la falta de información clara del Gobierno respecto a las reservas de oro y la situación del diésel y la gasolina. El expresidente enfatizó que, si el 8 de noviembre no se entregan las 22 toneladas de oro, las autoridades responsables irán directamente a prisión.

El candidato de Libre subrayó que su partido ya está formulando un programa de cooperación internacional para afrontar la crisis y acusó al Gobierno de ocultar información que pertenece a todos los bolivianos. Quiroga criticó la reunión de transición a la que asistió el candidato del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Rodrigo Paz, y a la que él no fue invitado, argumentando que la información gubernamental debe ser pública y no restringida a reuniones políticas.

La escalada verbal se intensificó con la intervención del senador electo por Libre, Branko Marinkovic, quien acusó al presidente Arce de buscar culpables externos. Marinkovic afirmó que la crisis no fue generada por Quiroga ni por la oposición, sino que es una creación del propio Gobierno. Describió la situación actual de Bolivia —sin dólares, sin combustibles y sin oro— como la herencia de casi dos décadas de despilfarro y corrupción.

Marinkovic sostuvo que el temor del oficialismo tiene un nombre propio: Quiroga y su equipo, porque, según él, recuperarán lo que fue sustraído y llevarán a la cárcel a quienes convirtieron el Estado en un botín. Concluyó que un cambio radical es inminente.

Este cruce de acusaciones se produce a pocas semanas del balotaje del 19 de octubre, en el que Quiroga y su compañero de fórmula, Juan Pablo Velasco, se enfrentarán al binomio del Partido Demócrata Cristiano (PDC), Rodrigo Paz y Edmán Lara. El oficialismo, sin un candidato propio en esta contienda, enfrenta la recta final de su gestión en medio de la escasez de dólares y combustibles, un tema que domina la agenda electoral, mientras el presidente Arce continúa promocionando las obras realizadas bajo su gobierno con el apoyo de la publicidad estatal

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