La Federación Departamental de Trabajadores de Salud de Tarija ha convocado a un cese de actividades de 72 horas, que se iniciará este miércoles 30 de julio. La medida responde a la persistente falta de pago del bono de riesgo, comúnmente denominado bono de vacunación, un beneficio que la administración departamental debía haber entregado el pasado 6 de julio.

La decisión de intensificar las acciones de protesta, que sigue a una paralización de 48 horas registrada la semana anterior, fue adoptada en el último ampliado departamental del sector. Esta escalada se produce ante la ausencia de una respuesta concreta por parte de las autoridades gubernamentales.

Los representantes del sector de salud han señalado que, de manera anticipada, durante la gestión anterior, se solicitó la inclusión de los recursos necesarios en el presupuesto departamental para asegurar el pago de este bono. Este estipendio, que se entrega una vez al año, es considerado por los trabajadores como un derecho consolidado a lo largo de tres décadas de lucha, y afirman que cuenta con el respaldo de la normativa legal vigente.

Se ha rechazado la postura de desestimar la responsabilidad de la administración departamental bajo el argumento de incompetencia, calificando tales afirmaciones como un menosprecio a la labor del sector. Se ha enfatizado que otras administraciones departamentales han consignado y efectuado el pago de este bono en sus respectivos Planes Operativos Anuales (POA), lo que valida la exigencia de cumplimiento de la ley.

La organización ha manifestado su firme determinación de mantener la medida hasta que la gobernación de Tarija proceda a la asignación y desembolso de los aproximadamente 8 millones de bolivianos requeridos. Este monto representa un reconocimiento a la labor del personal de salud, quienes, según se argumenta, no gozan de los beneficios y condiciones laborales adecuados bajo la Ley General del Trabajo. Se ha enfatizado que los trabajadores no renunciarán a este derecho adquirido, considerado constitucional, que busca compensar en parte las condiciones laborales y la falta de beneficios adicionales en los centros de salud de los tres niveles de atención, descritas como precarias.

Como consecuencia de estas movilizaciones, que incluirán marchas de protesta escalonadas en el centro de la ciudad, la atención en los distintos establecimientos de salud se verá afectada y operará de manera irregular durante los días miércoles 30, jueves 31 de julio y viernes 1 de agosto

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