La decisión de los panificadores de Tarija de no beneficiarse con los insumos subvencionados ha desatado una controversia en la región.
El conflicto en Tarija por el aumento del precio del pan ha llevado a los panificadores a rechazar los subsidios del Gobierno, generando debate sobre la calidad de los insumos y la posibilidad de que la población elabore su propio pan.
Ante la negativa de los panificadores de Tarija de beneficiarse con la harina, manteca y otros insumos subvencionados por el Gobierno y mantener su decisión de incrementar el precio del pan, ha surgido una polémica en la región. La Federación de Juntas Vecinales de Cercado (Fejuve) ha planteado la posibilidad de exigir al nivel central que este subsidio sea entregado directamente a la población para que puedan elaborar su propio pan.

El viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, ha confirmado que los panificadores de Tarija, Santa Cruz y Pando han decidido no beneficiarse de la subvención del Gobierno por elección propia. A través de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa), se ha detallado que la subvención no solo incluye harina, sino también productos como manteca, azúcar y levadura. Para esta gestión, el Gobierno tiene previsto destinar más de 1.200 millones de bolivianos para la compra de harina, subvención al trigo y políticas para mantener el precio del pan.

En el caso específico de Tarija, los panificadores argumentan que la harina suministrada por el Gobierno no es de buena calidad, prefiriendo utilizar insumos argentinos que han experimentado un alza de precios en los últimos meses. Esta situación ha elevado los costos de producción del sector, llevándolos a trabajar con pérdidas y planteando un aumento en el precio del pan de 1 boliviano a 2 bolivianos.

El costo del pan en Tarija es el más alto del país, superando incluso a regiones como Santa Cruz donde el precio se mantiene en 1 boliviano. Ante esta situación, la Asociación de Panificadores de Lajas del municipio de San Lorenzo ha anunciado que venderán el pan a 3 unidades por 5 bolivianos, permitiendo a las tiendas de barrio comercializarlo a 2 bolivianos la unidad. Se regirán por la libre oferta y demanda, dejando a la población la decisión de compra.

En una reciente reunión convocada por la Intendencia Municipal de Tarija, se buscó comparar las hojas de costos y abordar la postura del Municipio en contra del aumento del precio del pan o la reducción de su peso. Sin embargo, se ha evidenciado que la hoja de costos actual ya está desfasada debido al incremento en los precios de materias primas como harina y manteca.

El dirigente de la Fejuve Cercado, Andrés Paco, ha expresado preocupación por el impacto económico que el aumento del precio del pan podría tener en las familias tarijeñas en medio de la difícil situación del país. Se ha anunciado que se convocará a los panificadores para encontrar un consenso y, de no lograrlo, se solicitará al Gobierno que entregue directamente los insumos subvencionados a las familias para elaborar su propio pan.

Esta propuesta ha sido vista con interés por el viceministro de Defensa del Consumidor, Jorge Silva, quien ha mencionado que la Fejuve deberá negociar con Emapa para favorecer a las familias con estos insumos a precio subvencionado. En medio de esta situación, las autoridades locales y los panificadores buscan llegar a acuerdos que beneficien tanto al sector como a la población en general.
La situación en Tarija evidencia la complejidad de la relación entre panificadores, Gobierno y consumidores, con propuestas como la entrega directa de insumos subvencionados a la población como posible solución.
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